Riada de Chiclana

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Crónica de una Riada

En la madrugada del 19 de octubre de 1965 la lluvia no había parado de caer constantemente y de forma torrencial durante horas en la zona.

El río Iro, que nace en Medina-Sidonia, cerca de la Espartosa, cada vez traía para Chiclana de la Frontera más agua de esa lluvia. Aquella fecha será siempre recordada por todos los chiclaneros. Poco podía imaginar la población que iría a sufrir una terrible riada aquel día 19.

Un desbordamiento del río que si bien fue el que más daños causó debido sin duda a su magnitud no fue el único que había sufrido Chiclana.

La ciudad había despertado aquel día con un cielo no demasiado nuboso. Era un corriente día otoñal. Pero las aguas del Iro bajaban con una fuerza creciente, quienes se acercaban al borde del río podía escuchar el chapoteo continuo y nervioso del agua que iba en busca de su desahogo en el mar.

A su paso por la ciudad los testigos veían al principio trozos de maleza flotando sobre la corriente. Así mismo el color marrón del agua llamaba la atención, pero nadie podía imaginar en esos momentos que era un aviso de lo que vendría después.

Algunos testigos apuntaban mientras la corriente seguían creciendo, que en Medina había caído un verdadero diluvio.

Sobre las once y media de la mañana el río Iro ya no pudo contener tanta cantidad de agua y se desbordaba. En ello contribuyo mucho la pleamar que freno la corriente y las fuerzas de la naturaleza de desataron. Por aquel entonces el Puente Grande tenia un arco pequeño y esto colaboró también a que la presión del agua que bajaba se intensificara.

Los muros de contención existentes en ambas riberas no resistieron y reventaron. La naturaleza no entiende de caminos ni de limitación alguna y el agua comenzó a arrasar con todo lo que se encontraba por su camino.

Comenzó la evacuación...desde la base de Rota llegaron helicópteros que auxiliaron a los que esperaban en las azoteas. Durante toda la tarde se estuvo evacuando a personas también con zodiacs. Al llegar la noche, sobre las ocho y media cesaron estas labores de rescate realizadas principalmente por miembros de la Guardia Civil, Policía Municipal, Fuerzas Armadas y Bomberos del Parque de Cádiz.

Tras aquello los comerciantes e industriales aportaron su ayuda mediante ropa de abrigo y alimentos. También participaron en estas labores miembros de Cáritas Diocesana, Auxilio Social y la Sección Femenina. Se habilitaron comedores y albergues en los colegios y se procedió a la vacunación contra el tifus. Además se ordeno que varios vehículos de la Jefatura Provincial de Sanidad con megafonía advirtieran de que se debía hervir el agua para evitar la contaminación por la misma.

Para que durante la noche tuviese luz la población se instalaron varios reflectores ofrecidos por el Gobierno Militar, la Capitanía General de Marina y el Servicio Municipalizado de Cádiz que iluminaban las principales calles. Asimismo, algunos coches y camiones mantuvieron encendidos sus faros.

De todos los edificios que hubo que derribar por los daños causados, sin dudarlo, el que más pena dio fue el famoso Teatro García Gutiérrez. Alzado a orillas del propio río Iro, el teatro fue motivo de orgullo para Chiclana, no en vano por el pasaron importantes artistas de toda índole. El edificio qued bastante dañado por la riada y toda su infraestructura peligraba. Sobre las cinco de la tarde del seis de noviembre de aquel mismo año 1965, el teatro dejó de existir tras ser explosionado.

Detrás de estas líneas hay mucho más que decir en cuanto a aquella riada de 1965. Esto es solo una introducción, un breve esbozo de lo que realmente ocurrió aquel mes de octubre. Ampliarían mucho todos los testimonios de miles de chiclaneros que siempre recuerdan como si fuese ayer los momentos de aquella tragedia. Imposible de narrar los sentimientos de aquellos hombres y mujeres, de aquellas familias completas que perdieron sus enseres, sus casas... Afortunadamente y en gran medida debido a que la riada se desarrollo durante el día, no hubo que lamentar víctimas humanas.

Existen testimonios sonoros de personas que vivieron con verdadera intensidad la riada del 65. Se trata de grabaciones extraídas de un programa especial dedicado a la efemérides realizado por José Ramón Santos y que fue emitido a través de Radio Chiclana.

Con estos documentos sonoros se amplia mucho más la información acerca de lo que ocurrió.

Conmemoraciones

Placa cerámica recordando los 50 años de la Riada del 65, en la plaza de España, indicando la altura allí alcanzada (2,50 metros).

En el año 2015, cincuenta años después de aquél triste acontecimiento que cambió drásticamente el paisaje urbano del centro de Chiclana, el ayuntamiento de la ciudad quiso recordar aquella triste historia con distintos actos en el centro de la ciudad. Hay que tener en cuenta, que para esa fecha (2015), gran parte de los chiclaneros de entonces no habían conocido la gran Riada, y muchos jóvenes apenas habían oído hablar de ella.

Uno de los actos más destacados y de mayor repercusión ciudadana fue sin duda la exposición que se llevó a cabo en el museo de Chiclana bajo el título de El Río de la Memoria. Aquella exposición estuvo abierta al público durante casi tres meses, del 19 de octubre de 2005 hasta el 10 de enero de 2016. Un gran cartel anunciaba en la puerta de la casa Briones esta muestra extraordinaria, donde hubo ocasión de contemplar impresionantes fotografías de la gran avalancha de agua de ese día, audiovisuales con testimonios directos de algunas de las personas que vivieron aquél 19 de octubre en primera persona, materiales y utensilios usados para el rescate y salvamento de la población que lo necesitó, objetos domésticos que fueron recogidos tras la catástrofe, etc. También durante el tiempo de la exposición, en muchos lugares del centro se instalaron grandes paneles con ampliaciones fotográficas de cada lugar donde, con una escala métrica, podía verse el nivel que alcanzaron las aguas en cada uno de esos puntos.

Otra muestra importante en ese año fue la que tuvo lugar en el atrio de planta baja del ayuntamiento. Su título fue: "Chiclana Inundada. Así lo contó Diario de Cádiz". En esta muestra se pudieron ver muchas páginas de este periódico, ampliadas, repletas de noticias, imágenes, reportajes y entrevistas realizadas para cubrir este excepcional acontecimiento; páginas de hemeroteca sacadas del olvido, donde muchos chiclaneros pudieron revivir su experiencia de años atrás.

Tanto la exposición del Museo de la ciudad como la Muestra del ayuntamiento fueron efímeras, y de ellas apenas queda solo el recuerdo. Pero también se actuó en algo permanente, como fue la instalación de una placa conmemorativa de aquella fecha, que puede verse en la plaza de España, donde se indica la altura de las aguas en ese punto: 2,50 metros.

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