Siguiriyas
Juan Peña el lebrijano, por seguiriyas |
Cante gitano y jondo, cuyo nombre y métrica parece que provienen de la antigua "seguidilla" castellana, de métrica más irregular que la que actualmente presenta, y que se cantaba también por pueblos andaluces. Las músicas, en cambio, nada tienen que ver entre sí.
La siguiriya se llamó también playera (de "plañidera", no de "playa"), y de ahí y de la frecuencia con que la muerte aparece en las coplas. El origen melódico de las siguiriyas pudo estar en los cantos de duelo de las antiguas endecheras.
La siguiriya es uno de los cantes fundamentales. El otro es la soleá.
Su música es la "de expresión más sentimental, triste y profunda de todo el cante", pero también más espontánea y cercana al clamor instintivo.
Puede decirse que en la siguiriya están condensadas las esencias flamencas, que ella desata en toda su pureza e ímpetu primitivo, para que en la soleá transciendan ya más conformadas y serenas.
Con música de compás muy libre y toque muy difícil, pero bellísimo y solemne, en el que parecen resonar campanas que doblan, la siguiriya comienza por un quejío muy profundo y lastimero, para entrar en los dos primeros tercios, alguno de ellos redoblao, culminar en el tercero, largo de métrica y música, y caer casi verticalmente en el cuarto, otra vez corto.
Hay una, o más, especiales, siguiriyas llamadas de cambio.
La copla es una estrofa de cuatro versos, todos hexasílabos, salvo el tercero, endecasílabo, con los hemistiquios de cinco y de seis sílabas, respectivamente.
- Cuando yo me muera
- mira que te encargo:
- que con la jebra de tu pelo negro
- me amarres las manos.
- Fragua, yunque y martillo
- rompen los metales.
- El juramento que yo a ti te he jecho
- no lo rompe nadie.
- Hincarse e rodillas
- que ya viene Dios,
- va a recibirlo la madre e mi alma,
- de mi corazón.
- A los monte e Armenia
- me tengo que ir
- a jacer vía con los ermitaños
- que moran allí.
También hay siguiriyas de tres versos, un endecasílabo entre dos hexasílabos, pero al cantarse o se repite el primero o se le antepone otro postizo:
- Carita de rosa,
- ¿quién te ha pegao, quién te ha pegaíto
- que estás tan llorosa?
- Dolorosa mía,
- en lo más hondo de mi corazón
- te llevo metía
La ejecución de la siguiriya es piedra de toque de los cantaores, hasta el punto de que la lista de sus grandes intérpretes viene a coincidir, salvo muy escasas excepciones, con las de las grandes figuras del cante flamenco a través de toda su historia.
Principales editores del artículo
- Javier krahe (Discusión |contribuciones) [1]
- Fátima (Discusión |contribuciones) [1]