Siguiriyas

De Cadizpedia
Saltar a: navegación, buscar
Juan Peña el lebrijano, por seguiriyas

Cante gitano y jondo, cuyo nombre y métrica parece que provienen de la antigua "seguidilla" castellana, de métrica más irregular que la que actualmente presenta, y que se cantaba también por pueblos andaluces. Las músicas, en cambio, nada tienen que ver entre sí.

La siguiriya se llamó también playera (de "plañidera", no de "playa"), y de ahí y de la frecuencia con que la muerte aparece en las coplas. El origen melódico de las siguiriyas pudo estar en los cantos de duelo de las antiguas endecheras.

La siguiriya es uno de los cantes fundamentales. El otro es la soleá.

Su música es la "de expresión más sentimental, triste y profunda de todo el cante", pero también más espontánea y cercana al clamor instintivo.

Puede decirse que en la siguiriya están condensadas las esencias flamencas, que ella desata en toda su pureza e ímpetu primitivo, para que en la soleá transciendan ya más conformadas y serenas.

Con música de compás muy libre y toque muy difícil, pero bellísimo y solemne, en el que parecen resonar campanas que doblan, la siguiriya comienza por un quejío muy profundo y lastimero, para entrar en los dos primeros tercios, alguno de ellos redoblao, culminar en el tercero, largo de métrica y música, y caer casi verticalmente en el cuarto, otra vez corto.

Hay una, o más, especiales, siguiriyas llamadas de cambio.

La copla es una estrofa de cuatro versos, todos hexasílabos, salvo el tercero, endecasílabo, con los hemistiquios de cinco y de seis sílabas, respectivamente.

Cuando yo me muera
mira que te encargo:
que con la jebra de tu pelo negro
me amarres las manos.
Fragua, yunque y martillo
rompen los metales.
El juramento que yo a ti te he jecho
no lo rompe nadie.
Hincarse e rodillas
que ya viene Dios,
va a recibirlo la madre e mi alma,
de mi corazón.
A los monte e Armenia
me tengo que ir
a jacer vía con los ermitaños
que moran allí.

También hay siguiriyas de tres versos, un endecasílabo entre dos hexasílabos, pero al cantarse o se repite el primero o se le antepone otro postizo:

Carita de rosa,
¿quién te ha pegao, quién te ha pegaíto
que estás tan llorosa?
Dolorosa mía,
en lo más hondo de mi corazón
te llevo metía

La ejecución de la siguiriya es piedra de toque de los cantaores, hasta el punto de que la lista de sus grandes intérpretes viene a coincidir, salvo muy escasas excepciones, con las de las grandes figuras del cante flamenco a través de toda su historia.

Principales editores del artículo

Valora este artículo

1.8/5 (6 votos)