Turismo en Sanlúcar de Barrameda

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Turismo en Sanlúcar de Barrameda

Puntos de interés

Plaza codiciada desde tiempos muy remotos por su excelente situación geográfica y estratégica, tuvo asentamientos urbanos desde épocas prerromanas; alcanzó gran auge en la era imperial y fue testigo de las luchas entre las poderosas familias de Guzmanes y Girones. Entre los siglos XV y XVIII su valor estratégico le dio relevancia en la colonización y comercio de América, siendo momentos clave en este periodo la caída en desgracia de la casa de Medina Sidonia 1641, la decadencia general de España bajo Carlos II, el traslado de la Casa de Contratación a Cádiz 1717 y el terremoto de Lisboa 1755. Muestra de su pasado histórico, conserva muchos e importantes monumentos civiles y religiosos y un caserío con palacios y casas nobles de rancio sabor local.

Se trata de una fachada gótica de más de 27 m de longitud que se levanta en la Cuesta de Belén, adosada al muro de contención del jardín o "Paseo de Los Limones" del palacio de los duques de Medina-Sidonia. Conocidas popularmente como "Las Covachas", ocupan un solar de forma rectangular de casi 129 m2 con 5,75 m de fondo, cuya galería se comunica con el exterior a través de diez pasadizos que se manifiestan arquitectónicamente a través de bellos arcos góticos o apuntados, rematados en ocho de ellos por gabletes con decoración de figuras mitológicas. Por encima de las claves de los arcos, donde existen repisas ochavadas muy ornamentadas, perduran vestigios de lo que aparentan ser arranques de pretiles, profusamente decorados, indicios de un cuerpo superior.

Monumento al Sentimiento Rociero

Monumento realizado por el escultor sanluqueño José Manuel Lanza Albarrán, que fue inaugurado el día 15 de julio del año 2017. Se encuentra frente al Club Naútico, en Sanlúcar de Barrameda.

Constituida como el centro principal de la vida urbana de Sanlúcar de Barrameda, esta importante plaza se encuentra situada al pie de su calle más comercial y transitada, la popular calle Ancha, muy próxima a la amplia avenida de la Calzada que llega directamente hasta el mar, donde se extiende su playa más urbana. Se trata de una plaza de planta rectangular alargada, presidida en su centro por una amplia fuente circular, y que cuenta con una buena notable cantidad de variados restaurantes, bares y terrazas a su alrededor. Siempre animada, arbolada, completamente peatonal, y muy próxima a otras zonas de tapas y al mercado de Abastos local, cuenta con algunos importantes edificios históricos a su alrededor, entre ellos el del propio ayuntamiento de la ciudad.

Se conservan en la actualidad, en distintas calles del casco histórico de la ciudad de Sanlúcar, muchas de las pequeñas capillas que se colocaban en otros tiempos en los frentes de algunas casas. Esta particularidad debía tener su origen en la antigua costumbre de los pueblos de España de ubicar imágenes religiosas especialmente en aquellas calles y plazas por las que la ciudadanía sentía una mayor devoción, y a las que a veces se les atribuía propiedades milagrosas. Hacia el año 1868 fueron eliminadas muchas de estas imágenes, aunque en la actualidad pueden volver a verse un buen número de ellas, en urnas, hornacinas y pequeñas capillas, en distintas fachadas de la ciudad.

Edificios y monumentos

Arquitectura civil

Situado en la zona más alta de la ciudad, ocupa el lugar donde antes estuvo el antiguo alcázar islámico en los siglos XII y XIII, y del que aún conserva parte de sus estructuras. Su construcción la inicia hacia finales del siglo XV el segundo duque de Medina Sidonia, Enrique Pérez de Guzmán, y hoy muestra diferentes estilos arquitectónicos como resultado de las sucesivas ampliaciones y reformas realizadas a lo largo del tiempo. Su interior, parcialmente visitable, conserva importantes obras de arte y, sobre todo el gran archivo familiar, de excepcional valor histórico. Residencia de la familia ducal, es sede de la "Fundación Casa de Medina Sidonia", importante organización donde se guarda el valioso archivo histórico de la Casa Ducal.

En 1850 los Duques de Montpensier eligieron Sanlúcar de Barrameda para pasar la temporada estival y para ello compraron en su Barrio Alto tres fincas: el Seminario Conciliar de San Francisco Javier, la casa de la familia Páez de la Cadena y los arruinados claustros del Convento de la Merced. Los arquitectos Juan Talavera y Balbino Marrón los convirtieron en su palacio en esta ciudad, unificando el conjunto con una fachada continua y una decoración neomudéjar. Habitado hasta 1955 por los Orleáns y Borbón, fue vendido en 1971 para proceder a su demolición, pero a partir de 1979 el Ayuntamiento inició los trámites para su adquisición y recuperación.

Arquitectura militar

Castillo de Santiago, en Sanlúcar de Barrameda.

Fortaleza mandada construir por el II Duque de Medina-Sidonia y VII Señor de Sanlúcar, Enrique Pérez de Guzmán (1434-1492), "El Magnífico", entre los años 1477 y 1478. Sirvió de residencia a los Reyes Católicos en el primero de los dos años citados, cuando éstos deciden venir a Sanlúcar desde Sevilla bajando por el río, por el deseo expreso de la reina Isabel de ver el mar. El castillo sirvió también, durante la Guerra de la Independencia, como cuartelamiento de los franceses, y posteriormente ha sido utilizado además como cárcel y como hospital. De planta rectangular, casi cuadrada, y con una imponente torre del Homenaje en ángulo, hoy se muestra completamente restaurado; es visitable, y en su interior existen servicios e instalaciones para celebraciones y eventos.

Fuerte de San Salvador

El Fuerte de San Salvador de Bonanza se encuentra en Sanlúcar de Barrameda, la fortificación es de 1627 y fue ordenada su construcción por Felipe IV al objeto de proteger el puerto de Bonanza de la piratería; está situado entre el final de Bajo de Guía y Bonanza, ya en el camino de Bonanza, dispuesto entre las dunas al borde de la playa en la desembocadura del río Guadalquivir. Levantado durante la época del VIII Duque de Medina Sidonia, Manuel Guzmán el Bueno, sus trazas son obra del arquitecto Jusseppe Gómez de Mendoza, Maestro Mayor de las fortificaciones de Cádiz.

Arquitectura religiosa

Este convento fue creado para la comunidad de monjas dominicas que llegan a la ciudad en el año 1480 por mediación del segundo duque de Medina-Sidonia don Enrique de Guzmán y de su esposa doña Leonor de Rivera y Mendoza. Lugar de retiro de la condesa de Niebla doña Leonor Manrique de Sotomayor y de su nieta doña Leonor de Guzmán, el convento se vio favorecido por la Casa ducal mediante una amplia reforma que se llevaría a cabo a finales del siglo XVII, además de distintas aportaciones de tipo ornamentales. Su iglesia presenta al interior un notable retablo barroco, y al exterior una bella portada protobarroca labrada en piedra, donde aparece la puerta de entrada acabada en arco de medio punto flanqueada entre dos parejas de columnas corintias acanaladas que contienen en los intercolumnios hornacinas aveneradas con figuras de santos. Un detalle muy singular que presenta también esta iglesia, y que se repite en determinados conventos femeninos, lo aportan las dos portadas gemelas de sencillas líneas neoclásicas que se abren en el lateral del templo, en la plaza Madre de Dios, obra del arquitecto portuense Torcuato Benjumeda.

A los duques don Enrique de Guzmán y a su esposa doña Leonor de Rivera y Mendoza, el papa Inocencio VIII, en una bula otorgada en febrero de 1489, concedía licencia para fundar un monasterio de clarisas en la ciudad de Sanlúcar; fundación que vio la luz treinta años más tarde gracias a un devoto que donó sus casas del Arrabal de la Ribera, y que se puso bajo la advocación de la Regina Coeli. La trayectoria de este convento ha estado íntimamente relacionada con la casa ducal de Medina Sidonia; gracias a la documentación conservada en el archivo ducal, podemos comprobar los lazos que unieron al convento con los duques y la ayuda continua que éstos concedieron al monasterio, cuya iglesia muestra al exterior una bella portada.

Realizada entre los años 1609 y 1613 por el que fuera durante muchos años maestro mayor de la casa y de los estados del séptimo duque don Alonso Pérez de Guzmán, el arquitecto Alonso de Vandelvira, en esta iglesia reposan los restos de este duque junto con los de su mujer, doña Ana de Silva. En su interior se advierte la intención de monumentalidad propia de las obras de su autor y de sus promotores, y es centro de la devoción local por residir en ella la imagen de Nuestra Señora de la Caridad, patrona de la ciudad. Al exterior destacan sus dos portadas, renacentista y manierista la lateral, así como la torre, toda ella realizada en piedra con dos cuerpos de altura, el primero de base cuadrada con un hueco en cada frente y el segundo octogonal prácticamente ciego.

Patio de acceso y fachada de la Iglesia de la Merced.

Notable conjunto religioso creado entre 1616 y 1625 bajo patronazgo de Manuel Alonso Pérez de Guzmán, VIII Duque de Medina-Sidonia y su esposa Juana Lorenzo Gómez de Sandoval de la Cerda. La iglesia se construye según proyecto de Alonso de Vandelvira. Su interior es de planta rectangular "de cajón", con su nave cubierta por bóveda de cañón decorada con figuras geométricas en relieve. Ante el altar Mayor se alza el crucero, con cúpula esférica y linterna, apoyada sobre pechinas decoradas con relieves. Muy interesantes su claustro y su fachada de elaborado diseño manierista a modo de retablo. En los años 80 del siglo XX su propietaria, Luisa Isabel Álvarez de Toledo, XXI Duquesa de Medina Sidonia, lo cedió a la ciudad para usos culturales.

Pequeña iglesia construida fuera del primitivo recinto amurallado de Sanlúcar, cerca de la playa, que servía de referencia y faro a los hombres de la mar, y donde se cobijaban y rezaban sus oraciones cuando llegaban tarde y no podían entrar en la Villa. Construida en el año 1441 por Alonso Fernández de Lugo, el artístico artesonado de su Capilla Mayor es una joya del estilo mudéjar local y pieza única en Sanlúcar. Es muy posible que esclavos islámicos o descendientes de árabes cristianizados, fuesen los responsables del trabajo de este artesonado que vemos en la actualidad.

Fachada de los pies y torre, de la Iglesia de Nuestra Señora de la O.

Sobre el año 1360 se levanta esta iglesia de Nuestra Señora de la O, a instancias de doña Isabel de la Cerda y Guzmán, primera condesa de Medinaceli y nieta del primer señor de Sanlúcar, Alonso Pérez de Guzmán, "Guzmán el Bueno". Se construye adosado a los muros del Alcázar viejo, apoyando su campanario a una de sus torres; Luego, con la ruina de las murallas del alcázar, la iglesia quedó aislada tal como hoy se ve. Responde al estilo gótico mudéjar sevillano, aunque con modificaciones renacentistas, agregándose a su planta original distintas capillas. Su fachada posee una espectacular portada mudéjar, de grandes dimensiones y única en su género, con escudos nobiliarios de los padres de los fundadores, los Medinaceli y los Guzmanes.

La orden de San Francisco, desde mediados del siglo XV, usó una casa en Sanlúcar como base principal para su tarea de evangelización en el archipiélago Canario primero, y más tarde en el continente americano. La fachada principal de la iglesia, de porte monumental, estructurada mediante pilastras y de estilo cercano al barroco contrarreformista, está construida en sillería y envuelta en un elevado arcosolio. En su interior destaca su soberbio retablo mayor del siglo XVIII, de estilo barroco, en madera sin dorar y organizado en calles verticales mediante estípites, que preside en el centro una imagen de la Inmaculada del siglo XVIII bajo un relieve de la "Visión de San Francisco". Su única nave se muestra cubierta por una bóveda de cañón y dispone de ocho capillas laterales.

Excelente obra realizada en piedra integrada en la estética renacentista con grandes dosis de elementos manieristas. Pertenece al antiguo convento de Santo Domingo fundado en la primera mitad del siglo XVI por el V duque de Medina-Sidonia don Alonso y su mujer, doña Ana de Aragón; aunque su construcción es de años más tarde, entre 1558 y 1570 a expensas de Leonor Manrique de Sotomayor y Zúñiga, que junto a su esposo, Juan Claros I Pérez de Guzmán, están enterrados en la Capilla Mayor del templo, junto al retablo Mayor, barroco, creado por Pedro Asencio en 1731. En el exterior destacan su bella portada almohadillada, la airosa torre-espadaña de doble ojo de campanas y remate, y el recoleto compás de entrada, cuya bella portada de acceso, manierista, se terminó en el año 1606 según diseño de Cristóbal de Rojas.

Situada en la popular calle San Juan, fue construida entre los años 1677 y 1689 siguiendo modelos sevillanos. Presenta en su frente principal una amplia y sobria fachada con portada clasicista en el centro en dos cuerpos de altura, que se corona con tres espadañas sobre cornisa, dos simples y una doble. La entrada al templo está precedida por un atrio cerrado y un muro de ladrillo visto construido posteriormente y ornamentado con unas medias esferas en color azul. Su interior, compuesto por tres naves, muestra una interesante serie de retablos barrocos y de imaginería religiosa, en parte correspondiente esta última a tres importantes hermandades de penitencia de la ciudad que tienen aquí su sede.

Espacios naturales

Situada al norte de su núcleo urbano, entre la playa de Bonanza y la de la Calzada, es la más pequeña de las playas sanluqueñas, aunque también la más señera. Cuenta con unos 800 metros de longitud y, al igual que la de Bonanza, es bastante ancha, con unos 50 metros de arena hasta la orilla del agua. Es célebre porque por ella cruzan cada año las hermandades rocieras en su peregrinación hacia la aldea de El Rocío, en Almonte, en la que constituye una de las romerías más famosas del mundo. En está playa, por el pantalán del buque Real Fernando pasan cada cada año en el mes de mayo las carrozas con los romeros navegando rumbo a Doñana.

Está playa se encuentra ubicada justo en la desembocadura del Río Gualdalquivir, muy próxima a las marismas de Doñana. Se trata de una playa que se caracteriza por su anchura, dado que cuenta con más de 40 metros de arena en su frente hasta la orilla, así como también por la tranquilidad de sus aguas. Su arena dorada y el tranquilo balanceo de las olas al romper, hacen de esta playa un paraje ideal donde pasar una agradable jornada de playa, con el aliciente añadido de las vistas espectaculares del entorno de Doñana. Es una playa algo alejada del centro de la ciudad, poco concurrida por bañistas y sin paseo marítimo. Propia de pescadores, es fácil ver en ella grupos de barcas flotando junto a la orilla.

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