Emilio Castelar y Ripoll

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Emilio Castelar y Ripoll (n. Cádiz, 7 de septiembre de 1832 - San Pedro del Pinatar, 25 de mayo de 1899), político, escritor y orador.

Biografía

Sus padres, Manuel y María Antonia, de ideología liberal, eran de Alicante. Manuel Castelar era agente de cambios, aficionado a la lectura y al estudio: su hijo recordaba la biblioteca familiar como de las mejores de Cádiz, tanto por número de libros como por variedad de materias. Tras la muerte de Manuel la familia marchó a Elda (Alicante).

En 1845 inició estudios de Segunda Enseñanza en el Instituto de Alicante y pronto los profesores advierten la precocidad del joven Castelar que, con trece o catorce años traducía textos latinos. Ya por entonces se va perfilando su vocación: las Humanidades, y apenas se interesa por las materias científicas. Realiza sus primeros tanteos como escritor: él mismo recuerda cómo componía novelas, folletos políticos, discursos históricos y meditaciones religiosas.

En 1848 marcha a Madrid y se matricula en la Facultad de Derecho. Dos años más tarde obtiene una plaza pensionada en la Escuela Normal de Filosofía, comenzando así su función docente como profesor auxiliar de Literatura Latina y Griega y de Literatura Universal y Española. Entre 1853 y 1854 obtiene el grado de Doctor con una tesis titulada "Lucano: su vida, su genio, su poema".

Estos años universitarios inicia su actividad oratoria y periodística: participa en debates y publica artículos en periódicos. Con veinte años Castelar era un joven con un exaltado amor a la libertad y un exacerbado misticismo, producto de la educación religiosa recibida de su madre.

El 25 de septiembre de 1854, en el Teatro de Oriente (Madrid), en una reunión del Partido Demócrata, tomó la palabra un joven de 22 años de edad, que tras presentarse como Emilio Castelar comenzó su intervención diciendo las siguientes palabras:

"¿Queréis saber lo que es la democracia? […] Voy a defender las ideas democráticas si deseáis oírlas. Estas ideas no pertenecen ni a los partidos ni a los hombres; pertenecen a la humanidad. Basadas en la razón, son como la verdad, absoluta, y como las leyes de Dios, universales".

Su discurso fue interrumpido con aplausos y aclamaciones y al día siguiente la prensa reproducía sus palabras con elogios al joven orador, al que se proponía como Diputado a Cortes, aún sin tener edad suficiente. Castelar dejó bien claro que "jamás abandonaría la causa de la libertad y de la democracia".

En 1854 comienza como redactor en "El Tribuno del Pueblo" y en 1855, en "La Soberanía Nacional", apareciendo también su primera novela, Ernesto, con ciertos rasgos autobiográficos; y al año siguiente una de carácter histórico: Alfonso el Sabio. Con el Bienio Progresista y mayor libertad de expresión Castelar escribe en el recién fundado "La Discusión", periódico de corte demócrata, entre 1856 y 1864.

En febrero de 1857 oposita a una Cátedra de Historia Crítica y Filosófica de España en la Universidad Central de Madrid, que obtiene por unanimidad. Su docencia llega también al Ateneo, donde desarrolla un ciclo de conferencias bajo el título de Historia de la civilización en los primeros cinco siglos del Cristianismo. Ese año publica su ensayo La fórmula del progreso, donde resume algunos principios de su ideal de la democracia que suscita gran polémica.

En enero de 1860 reanudó sus lecciones en el Ateneo madrileño donde ataca la actuación del Gobierno, sobre todo el encabezado por Narváez. En 1864 funda y dirige el periódico "La Democracia", con artículos multados y censurados continuamente como el titulado "El rasgo", donde critica y ridiculiza las "donaciones" económicas de Isabel II.

Acusado de participar en revueltas universitarias, el Gobierno de Narváez lo destituye de su Cátedra. El apoyo de sus alumnos y colegas culmina con unas manifestaciones estudiantiles que, reprimidas por el ejército, se saldan con varios muertos y heridos en la célebre "Noche de San Daniel" (10 de abril de 1865). Como resultado, Alcalá Galiano muere fulminado por una apoplejía; los catedráticos de la Universidad Central dimiten para no sustituir a Castelar y Narváez abandona el Gobierno. O’ Donnell, su sucesor, restituye a Castelar en su Cátedra y acalla las polémicas suscitadas por sus artículos.

Participa en los actos progresistas de 1866 y, condenado a garrote vil, huye de España exiliado entre 1866 y 1868), recorriendo países europeos como Francia, Suiza, Italia, Inglaterra o Alemania, conociendo importantes políticos, pensadores y escritores (Victor Hugo, Gambetta, Julio Simon…) y colaborando como corresponsal en periódicos de Latinoamérica. El triunfo de la Revolución de 1868 ("La Gloriosa"), de signo progresista, le permitió regresar a España. En 1869, elegido Diputado a Cortes, sus intervenciones como orador fueron recordadas como memorables.

La proclamación de la Primera República lo sitúa en el poder, siendo Ministro de Estado. Como Presidente de la República (desde septiembre de 1873), actuó a menudo contra su partido y sus propias convicciones, a fin de conseguir la paz y el orden: se le acusó incluso de comportarse como dictador al hacer frente a los numerosos problemas que padecía España (crisis económica, conflictos internacionales, insurrección de Cuba…). Las Cortes lo obligaron a dimitir el 2 de enero de 1874 y horas más tarde, entraba Pavía en el Congreso. La Primera República había terminado.

Tras el pronunciamiento de Martínez Campos y la Restauración de la Monarquía se marcha de España y en 1880 ingresa en la Academia de la Lengua y, al año siguiente, en la de la Historia. Continúa escribiendo y viajando: en 1888 esboza un proyecto de Historia de España, que no completó, y en 1895, una Historia de Europa en el siglo XIX, también inconclusa.

Cansado y enfermo, abandona la política activa, aunque intentó volver a ella tras el asesinato de Cánovas (1897), presentándose como diputado por Murcia y regresando por última vez a Cádiz, donde pronunció en el Casino un emotivo "Discurso de acción de gracias a Cádiz". El último año de su vida transcurrió entre Sax, Mondariz, Madrid y San Pedro del Pinatar, donde falleció. Seis días después, era enterrado en Madrid en medio de un gran clamor popular.

Obras

Libros y estudios en libros

  • Don Alfonso el Sabio Rey de Castilla. (Novela histórica). 1853
  • Ernesto (novela original de costumbres). 1855
  • Leyendas populares. 1857
  • Lucano; su vida, su genio, su poema. 1857
  • Ideas democráticas: La fórmula del progreso. 1858.
  • La civilización en los cinco primeros siglos del cristianismo: Lecciones pronunciadas en el Ateneo de Madrid. 1858.
  • La redención del esclavo. 4 tomos. 1859
  • Colección de los principales artículos políticos y literarios. 1859.
  • Discursos políticos y literarios. 1861.
  • La Hermana de la Caridad. Novela. 2 tomos. 1862
  • Colección de artículos publicados en La Democracia. 3 vols.. 1866.
  • Doña Carolina Coronado. 1869.
  • Defensa de la fórmula del progreso. 1870.
  • Cuestiones políticas y sociales. 3 vols.. 1870.
  • Semblanza contemporánea. 12 vols. 187?.
  • Los crímenes de la esclavitud. 1873.
  • Europa en el último trienio. 1873.
  • Historia de un corazón. 1874.
  • Un año en París. 1875.
  • La cuestión de Oriente. 1876.
  • El ocaso de la libertad. Obra literaria e histórica. 1877.
  • Ricardo. 1877.
  • La revolución religiosa: obra filosófico-histórica dividida en cuatro partes: Savonarola- Lutero-Calvino-San Ignacio de Loyola. 4 vols. 1880-1882.
  • Europa en el último trienio: historia contemporánea. 1883.
  • Retratos históricos. 1884.
  • El suspiro del moro: leyendas, tradiciones, historias referentes a la conquista de Granada. 2 vols.. 1885.
  • Historia del movimiento republicano en Europa. 1889.
  • Nerón. Estudio histórico. 3 vols.. 1891-1893.
  • Historia del descubrimiento de América. 1892.
  • Historia de Europa (en el siglo XIX), desde la Revolución Francesa hasta nuestros días. 1895-1999.
  • Autobiografía con su retrato y algunos discursos inéditos. 1922.

Discursos y artículos

  • Innumerables discursos y artículos de colaboración en distintos periódicos.

Bibliografía

  • G. Alberola: Semblanza de Castelar, 1905.
  • M. Boada y Balmes: Emilo Castelar. Nueva York: 1872.
  • Emilio Castelar y Ripoll: Autobiografía y discursos inéditos. Prólogo de Ángel Pulido. Madrid: 1922.
  • M. González del Arco: Castelar: su vida y su muerte. Bosquejo histórico biográfico. Madrid: 1900.
  • B. Herrera Ochoa: Castelar. Madrid: 1936.
  • B. Jarnés: Castelar, hombre del Sinaí. Madrid: 1966.
  • C. Llorca: Emilio Castelar, precursor de la Democracia Cristiana. Madrid: 1966.
  • A. Sánchez del Real: Emilio Castelar. Su vida y su carácter. Barcelona: 1873.
  • F. de Sandoval: Emilio Castelar. París: 1886.
  • A. Souto Alabarce: Vida y obra de Emilio Castelar. México: 1980.

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