Jerez de la Frontera, juegos y canciones infantiles

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Pocas son las canciones que cantan los niños y niñas en las calles de Jerez de finales del siglo XX y principios siglo XXI, canciones y juegos populares que han ido quedando en el olvido y que nuestras abuelas y madres usaban como medio de diversión en una época en la que no había ni tantos juguetes ni tanta tecnología.

La culpa de ese olvido de las canciones y juegos tradicionales de los niño/as jerezanos/as de mediados del siglo XX no ha fue otra que la intromisión en nuestras casas de la conocida "caja tonta" el televisor, gracias al cual nuestros niños y niñas empezaron a invertir muchas horas de sus días mirando los dibujos animados apagando poco a poco su creatividad. Con el paso de tiempo poco fue quedando de esos juegos y canciones ingeniosos que aquellos niños y niñas se ingeniaban en una época donde no había prácticamente ni para comer, cuanto más para comprar juguetes. Aún así ellos/as se divertían con el aro, el juego de la pelota, "el hilo tonto", la billarda, la piola, el salto de la comba, el sal que te vi o de los bolindres.

Y que decir de las canciones que se cantaban, heredadas de sus padres y madres, las niñas eran las que más cantaban mientras jugaban al corro de la patata, a saltar, a coger la calle que no pase nadie, mientras que los niños jugaban con el bolindre de barro cocido, o a las bolas de acero, al trinca, o a la hoya y al careo, pagando los que perdían con preciosas cajas de cerillas, o con envolturas de caramelos de la fábrica "Santa Catalina" de la calle Caracuel, y con cintas de películas.

El aro y la pelota eran los juegos más populares entre la chavalería jerezana de los años cuarenta y cincuenta. Pero no todos los niños y niñas podían tener un simple aro de madera, por lo que tenían que improvisarlos con gomas viejas de ruedas de coches de caballo o haciéndolos de hierro y manejándolos con una guía de alambre duro, o pegándole con un palito.

Más barata resultaba aún la pelota de trapo, cosida con guita blanca de lana, con la que se hacía una red que aprisionaba los papeles y trapos que se metían dentro, hasta formar una pelota medio regular con la que poder jugar.

Pero era antes cuando las calles y plazas estaban llenas de niños y niñas correteando, jugando a la comba, al aro, cantando, jugando a indios y vaqueros, imaginando que eran los personajes de películas tan famosas en aquella época como Tarzán, el Capitán Maravilla antecedente de Supermán. Ahora con la llegada de la televisión a los hogares han conseguido acabar con esa tradición tan rica y nuestros niños y niñas se pasan gran parte de su tiempo con los ojos pegados a la llamada, como ya dijimos anteriormente "caja tonta", acallando así sus posibilidad de crear, imaginar, jugar y divertirse.

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