Conjunto Histórico de Torre Alháquime
Los elementos que contribuyen a valorar el núcleo urbano de Torre Alháquime y en especial su casco histórico, se sustenta principalmente en el proceso de formación de su trama urbana que permite identificar suficientemente las estructuras arquitectónicas y la morfología urbana que caracteriza al núcleo más antiguo.
Torre Alháquime representa un conjunto con valor ambiental y adecuada escala de los espacios urbanos en rela- ción con las construcciones. Su máximo interés se sustenta en los condicionantes físicos que han configurado su trama orgánica de callejuelas tortuosas adaptadas al terreno y en una parcelación menuda que soporta una tipología arquitectónica bien caracterizada. Con base en unos parámetros de gran homogeneidad morfológica y tipológica dentro de la arquitectura popular, simple y esquematizada, que ha producido un caserío denso, con pendientes muy pronunciadas, que nos hacen percibir el perfil urbano característco de los «pueblos blancos».
La fundación árabe del núcleo se encuentra en una fortaleza defensiva enclavada en la cota superior del emplazamiento, conformada por lienzos de muralla de considerable altura, que establecen un fuerte desnivel entre la cota superior y la inferior -antiguos adarves en todo su perímetro-.
La implantación de la Iglesia junto al acceso a la fortaleza ha creado un hito extramuros que aporta una singularidad escenográfica, originada por la secuencia espacial del espacio urbano.
Por el origen medieval árabe el núcleo se desarrolla a partir del Castillo-Fortaleza existente en la cumbre, alrededor del cual se fueron trazando concéntricamente sus calles siguiendo las curvas de nivel y enlazándose con otras secundarias radiales. Estas últimas son las que han de salvar las mayores pendientes, uniendo vías circulares básicas, que discurren a niveles diferentes con soluciones diversas e ingeniosas, como una simple escalinata o mediante rampas superpuestas con quiebros bruscos.
Esta adaptación a la topografía proporciona unas pendientes transversales muy pronunciadas y constituye el ele- mento más característico de la forma de asentamiento de Torre Alháquime, a la vez que condiciona la tipología de las viviendas, creando individualidades, que si bien no tienen valor en sí mismas, dan al conjunto variedad ambiental, diversidad volumétrica y doble accesibilidad. La magnífica adaptación de la arquitectura a las condiciones topográficas, permite clasificarlo como un valioso elemento tipológico de asentamiento de un promontorio.
A pesar de la degradación que ha sufrido el Conjunto Histórico, principalmente en los últimos veinte años, todavía perdura un sector central en torno a los edificios monumentales que constituye una unidad de asentamiento diferenciada, con unos invariantes constructivos, edificatorios y urbanos que deben ser conservados y revitalizados.
Si bien exteriormente mantiene la imagen de «pueblo blanco», la percepción de conjunto se pierde con la proximi- dad por la degradación de sus bordes y fachadas. Debido principalmente a que el patrimonio ha sido progresivamente sustituido en un proceso gradual que comienza en menor grado, en el entorno de la Fortaleza, y avanza hasta las zonas más alteradas de los bordes del Conjunto Histórico, puntos en los que se producen los cambios más drásticos.
Esta profunda transformación se está desplazando actualmente también a la calle Calvo Sotelo (Tras Castillo).
Paradójicamente las construcciones situadas fuera de la delimitación del Conjunto Histórico, en lo que podríamos denominar como arrabal, en torno a la vía de acceso principal y al antiguo Molino de Aceite: calles Torreón, Trasera a Molino, San Roque y Arenal, son zonas en las que aún perdura la arquitectura rural tradicional, con construcciones humildes de una sola planta, destinadas principalmente a dependencias agrícolas.
La delimitación incoada en 1982 incluía dos manzanas lineales, cuya edificación ha sido decididamente transformada, por lo que se ha ajustado al ámbito de la declaración a un área que mantenga todavía las características invariantes. La existencia de la Fortaleza -declarada Bien de Interés Cultural- como generadora originaria del núcleo, permite delimitar un ámbito que además incluye los aledaños de la Plaza del Ayun- tamiento, de la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Antigua y una parte del Conjunto en torno a las calles Coronel Cubiles y Debajo de las Campanas, que constituye la zona de mayor calidad ambiental y donde se conservan mayor número de construcciones tradicionales.
La belleza plástica de hace quince o veinte años de un pueblo blanco arracimado en lo alto de una loma se ha perdido en buena parte.
Si bien el Conjunto Histórico se percibe como un pueblo blanco con valor ambiental, la conservación -al menos de la zona más antigua- con una identidad arquitectónica propia e invariantes tipológicos y constructivos, aconsejaron su declaración como Bien de Interés Cultural.
Referencia
Este artículo incorpora material del Decreto de 70/2003, de 11 de marzo, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico, el sector delimitado a tal efecto de la población de Torre Alháquime, en Cádiz, publicado en BOJA nº64 de 3 de abril de 2003, que se encuentra en dominio público.
Principales editores del artículo
- David (Discusión |contribuciones) [2]