Secuestro de José Merencio
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El secuestro de José Merencio
Fuente: Relato oral transmitido por D. Salvador Ruiz Acevedo
- La esposa y el hijo del comandante de la guardia civil en Cádiz. El 23 de junio del 1940 tenían lugar los primeros actos de bandolerismo registrado en nuestra provincia tras finalizar la guerra civil. Se trataba de el asalto y chequeo en la zona de Algar de a finca Atalaya; propiedad de Pedro Bohórquez, vecino de la fabrica de harina de "Juan Ramón" de la calle Reinoso.
- A partir de entonces, la guardia civil iniciaría una persecución de estas partidas por la sierra gaditana que duraría una década.
- Curiosamente, el Jefe de bandoleros más importante de la provincia de Cádiz fue un exguardia civil del puesto malagueño de Antequera, que había alcanzado el grado de comandante en el ejército republicano durante la contienda civil. Se llamaba Bernabé López Calle, que moriría en un enfrentamiento contra su antiguo compañero en Medina Sidonia el 30 de Diciembre de 1949, pero esta es otra historia que contaremos otro día.
El teniente coronel Oliete
Camilo Alonso Vega, el más duro y carismático director general de la guardia civil designo expresamente en el mes de Julio del 1944 a teniente coronel Oliete Navarro para mandar en la entonces denominada 237ª comandancia de Cádiz. Se trataba de un militar de gran prestigio y valor sobradamente acreditado que había resultado herido seis veces en combate abierto. Había empezado a distinguirse por su heroico comportamiento en las acciones de Marruecos desde su desembarco en e 1925 en la playa de Alhucemas, pero su mayor fama le provenía por haber mandado durante la guerra civil la compañía de la "La calavera". Esta era una unidad expedicionaria de la guardia civil que combatió en la primera línea del frente de Teruel con un valor realmente temerario. La mayor parte de su componente resultaron muertos o heridos. La principal misión del teniente coronel Oliete en Cádiz fue la persecución de el 'bandolerismo' de la sierra. A tal fin desplazó su puesto su puesto de mando hasta la localidad de Medina Sidonia en donde los mantuvo desde finales del 1945 hasta principios de 1948. La tragedia de la explosión de Cádiz, acontecida en la noche del 18 de Agosto del 1947 fue una de las pocas cosas que le aparto de su misión. Constituyo una auténtica pesadilla para los bandoleros de la sierra y sin duda alguna, su peor enemigo. Con el paso del tiempo alcanzaría el grado de "general de la guardia civil" desde septiembre de 1961 hasta el 1977 a los setenta y cinco años de edad.
El secuestro
Era la mañana del 3 de Mayo del 1949 cuando José Merencio Troya, un rico terrateniente de Algodonales se dirigió en un vehículo Ford a u finca "El Canchal". Le acompañaban su chofer Manuel Madroñal Gómez, su hermana Flora, su sobrina Isabel Sánchez de Alba, el hijo de esta que se llamaba Gonzalo y un señora cuyo nombre era Pepa, natural de la población sevillana de Lebrija. Lo que parecía que iba a ser un tranquilo día campestre se vio inesperadamente troncado cuando al llegar a una curva próxima a la finca fueron encañonados por una partida de bandoleros. Su objetivo era secuestrar a Merencio y exigir un fuerte rescate a cambio de su libertad. Lo que no esperaban era encontrarse con tanta gente, y mucho menos, la joven esposa e hijo único (hasta entonces) del coronel Oliete. El dueño de "El Canchal" que era de recia fortaleza física y sereno templado, ordenó a su chofer que se detuviera. Comprendió enseguida lo que estaba pasando y lo que quería aquellos individuos. Su único temor, que nunca demostró, era que supieran quien era su sobrina y el niño de mes y medio que le acompañaba. El jefe de la partida le confirmó inmediatamente sus pensamientos, querían un millón de pesetas. La guardia civil tenia que volver con el rescate mientras los demás se quedaban en calidad de rehenes. Dejó bien claro, que si eran traicionados, los mataría a todos. Merencio, tras ver que sólo quería su dinero y que no sabía la verdadera identidad de sus familiares, convenció a los secuestradores para que se fueran solo con él al interior de la finca, mientras que el resto de los rehenes se quedaban a la vista bajo unos árboles. La separación fue silenciosa pero profundamente angustiosa. Merencio temía por la vida de los suyos y estos por la de él, pues no era la primera vez que los bandoleros habían asesinado a sus víctimas sin importarle su sexo o edad. De hecho, el 25 de Marzo de 1941 una partida había asesinado en los alrededores de la presa de "Los Hurones" termino de Jerez de la Frontera, al guardia Francisco Montes de Oca, a su esposa Josefa Carrillo Cózar y al hijo de ambos, llamado Antonio de tan sólo once meses de edad.
El pago del rescate
La petición inicial fue rebajada hasta 250.000 pesetas, ya que los secuestradores se convencieron de que no era posible disponer de más cantidad en metálico en tan sólo unas horas. De todas formas, aquella cifra era por sí sola una fortuna para la época. Merencio tenía invertida la mayor parte de su dinero en la finca " El Canchal". De hecho, cuando uno de los secuestradores le presionó para conseguir más dinero, mencionándole el valor de los mulos que tenía allí, le contesto que se los podían llevar, aunque aquello no fuese dinero constante sonante. Envió a su chofer para que regresaran a Algodonales y solicitara la gestión del dinero a sus vecinos y amigo Antonio Cortes y al coronel Oliete quien tenía previsto dirigirse hacia la finca aquella misma tarde tras haber estado de servicio en la zona limítrofe con la serranía de Ronda. Es decir, la situación estaba para que allí hubiera ocurrido una tragedia.
A la tarde, regreso el chofer con el dinero. Los secuestradores cumplieron su palabra y tras contar los billetes uno a uno, se marcharon por donde vinieron. Cuando la guardia civil inicio su persecución, no los encontraron. La sierra los tenía escondidos. Tres meses después, el 3 de agosto, otra partida de bandoleros asesinaba de un tiro en la cabeza a un niño que tenía secuestrado en la zona de Algar y en el que la guardia civil había impedido el pago del rescate. Se llamaba Antonio Sánchez Regordán y tenía tan sólo 14 años. Lo mataron mientras dormía. No es difícil imaginar cual hubiese sido el trágico final de la esposa y el hijo del teniente coronel Oliete si los bandoleros hubieran conocido su verdadera identidad. Hoy aproximadamente cincuenta años después, Isabel Sánchez de Alba sigue viviendo y además, su hijo Gonzalo tuvo una hija y otro niño más, que les ha dado seis nietos.
El final de los secuestradores
Las partidas de bandoleros de la sierra de Cádiz tuvieron un mal final. Unos murieron en enfrentamientos con la guardia civil y otros muchos serían detenidos en buques de la armada cuando intentaban huir hacia la costa africana. Algunos consiguieron refugiarse en Tánger, Casablanca y Rabat. Además, también tenemos que considerar los que se entregaron voluntariamente a la guardia civil para colaborar en la detección de sus antiguos compañeros. Por último, unos pocos, tras cambiar de zona y de identidad se integrarían en la sociedad abandonando definitivamente sus actividades delictivas. Lo que había empezado siendo el maquis degenero por razones de supervivencia en el "bandolerismo". Teniendo en cuenta que no encontraron el apoyo esperado y sufrían las dolencias contraídas en el extranjero, de los que habían luchado contra Alemania e Italia. En definitiva, al ver la imposibilidad del triunfo, fueron abandonados a su suerte por los máximos dirigentes, quienes dejaron de enviarles desde su cómodo exilio el dinero y las armas necesarias par seguir combatiendo al régimen franquista.
Integrantes y personajes de la historia
Los integrantes y protagonistas de esta historia fueron los siguientes:
- Juan Martín Menacho, alias "Chinchin"y Antonio Acevedo Palma, alias el "Palomo", que resultaron muertos en Zahara de la Sierra los días 17 y 21 de noviembre de 1948.
- Juan Luis Nuñez Pérez, alias "Luis",murió en la localidad Malagueña de Montejaque el 2o de octubre del 1949.
- Luis Beas Rodríguez. alias "Julio el del tren", murió en Algeciras el 9 de Agosto de 1949.
- Manuel Martínez Casas, alias "El Gazapo", fue detenido en Algeciras el 14 de Agosto del 1949 y tras ser condenado a la pena de muerte por un consejo de guerra, fue fusilado en Sevilla.
- Juan Martínez Toledo, alias "Caracoles".
En este secuestro participó como cómplice el Corruco , que también tuvo un trágico final al enfrentarse con fuerzas de la guardia civil.
Esta historia forma parte de nuestra provincia, una historia que nunca se debe repetir.
Por: Salvador Ruiz Acevedo.
En Zahara de la Sierra a 12 de Noviembre de 2008.
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