Monumento a las Cortes de Cádiz (Cádiz)

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Vista general del frente del monumento.

El Monumento a las Cortes de 1812 de Cádiz se encuentra situado en la plaza de España de esta localidad.

Se ubica, por tanto, en el interior de su viejo casco histórico, y en concreto en su extremo nor-este, muy próximo al Puerto de Cádiz.

Este monumento, al igual que muchos otros que se erigieron en España por aquellas fechas, se concibe al servicio de la ideología del momento, lo que determina su fuerte carga de simbolismo alegórico, donde radica su principal interés, tratando de conmemorar los trascendentales acontecimientos para la vida política española que por entonces se habían desarrollado en la ciudad.

Historia

Ante el avance de las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, la Junta Central de Gobierno se trasladó a Cádiz, realizándose la inauguración de las Cortes en la Isla de León) el 24 de septiembre de 1810. Posteriormente las Cortes se trasladan a la capital gaditana donde reanudan sus sesiones y elaboran la Constitución de 1812.

Los motivos de la elección de la ciudad de Cádiz como sede de las Cortes fueron dos: uno de carácter estratégico y otro de tipo ideológico. El primero venía dado por sus poderosas murallas, que hacían de Cádiz una ciudad prácticamente inaccesible; la segunda se refería al ambiente liberal que se respiraba en esta ciudad.

La dificultad de su ocupación, hizo que el ejército francés sitiara la ciudad en febrero de 1810 y que, tras sucesivos e infructuosos ataques, se tuviera que retirar el 24 de agosto de 1812, desarrollándose en ella la Constitución de 1812, uno de los capítulos más importante de la Edad Contemporánea española.

La idea de construir este monumento surge el 27 de marzo de 1812, día en el que el municipio gaditano solicita su construcción al Congreso Nacional, siendo la petición leída y aprobada en la sesión de Cortes del día siguiente, donde se acordó que la construcción se llevaría a cabo a la vista de los barcos que entraran en la bahía. Para ello el Ayuntamiento convocó un concurso de proyectos el 6 de abril de ese mismo año y, ocho días más tarde, publicaba un manifiesto con ese fin. Pero a pesar de existir el acuerdo, la descomposición del sistema constitucional redactado por los doceañistas tras el regreso de Fernando VII y las guerras que se produjeron sucesivamente originaron que transcurriesen unos 100 años sin que pudiera llevar a cabo.

Posteriormente, en 1910, la Comisión Provincial de Monumentos y la Real Academia Hispanoamericana de Cádiz pidieron al gobierno el cumplimiento de lo dispuesto, con un intento de simbolizar todos los elementos que confluyeron en ese tiempo alrededor del texto constitucional.

Autores

Para su realización se convocó en Madrid en 1911 un concurso de proyectos que tenía como condición que en ellos se asociasen un arquitecto y un escultor. De aquel concurso, que resultó ser bastante reñido hasta el punto de que el Jurado llegara a plantearse dejarlo desierto, quedan algunas fotografías de las maquetas de presentadas, así como algunas de las memorias explicativas de algunos de ellos.

El proyecto ganador fue el premiado en octavo lugar, con un millón de pesetas, que presentaron los autores Modesto López Otero como arquitecto (1885-1962) y Aniceto Marinas como escultor (1866-1953).

La maqueta de este proyecto no se conserva, aunque sí algunas fotografías en el Museo Histórico Municipal de Cádiz, donde se aprecia que el proyecto inicial sufrió algunas modificaciones que, en general, no desvirtuaron la idea original.

Su emplazamiento también un tema discutido, hasta que finalmente se consensuó instalarlo en el lugar donde hoy se encuentra. Durante los años 1911 y 1912 se hicieron pruebas del terreno para determinar la cimentación, colocándose la primera piedra el 3 de octubre de 1912, con ocasión de la celebración del Centenario de la promulgación de la Constitución. En varias ocasiones se paralizaron las obras por cuestiones económicas, hasta su finalización y entrega al Ayuntamiento gaditano el 2 de mayo de 1929, aunque no hubo inauguración oficial del mismo.

Simbolismo de los elementos

Se destaca en primer lugar la elección de su emplazamiento, un lugar entonces abierto al mar, para permitir que el símbolo de la libertad pudiera ser visto desde el mar por los barcos que llegaban al puerto de Cádiz.

En la configuración anterior de la Plaza de España, entre 1906 y 1910, al ser demolido el tramo de muralla que iba desde la actual Plaza de San Juan de Dios hasta la muralla de San Carlos, quedaba un espacio abierto al mar por su lado este, que posteriormente fue ocupado por varios edificios que impiden la visión de la plaza desde la Bahía.

Planta

La forma de hemiciclo de la planta fue expresamente buscada por sus autores, pues esta forma suele caracterizar a los edificios parlamentarios; de composición simétrica, se estructura a base de un rectángulo en su eje central y dos brazos elípticos que se abren al mar.

Alzado

El alzado consta de dos cuerpos, el central y el hemiciclo propiamente dicho. La parte inferior del mismo está constituido por escaños laterales que en su centro presenta un sitial presidencial sobre una tribuna. El respaldo del sillón, vacío, está ornamentado con tres flores de lis en relieve, en alusión a la ausencia del rey y, en los escalones de la tribuna sobre el que éste se eleva, aparece con letras de bronce la palabra ARGÜELLES Agustín Argüelles, diputado por Asturias, y una de las figuras destacadas de las Cortes, en las que sobresalió como notable orador de brillante dialéctica, autor del Preámbulo de la Constitución.

Descripción del Monumento

Figura principal del Monumento

Tras el sillón vacío, un bloque prismático constituye el basamento de una escultura que es la figura principal del Monumento. La parte frontal de este basamento tiene tallado en relieve el escudo de las Cortes, y sobre el mismo, en bronce, la palabra CONSTITUCIÓN.

La escultura en mármol que preside el monumento es una matrona vestida con larga túnica cuyos atributos permiten considerarla como un símbolo de la Constitución, refrendado por el rótulo ya mencionado. Estos son:

  1. La ley escrita, en la mano derecha.
  2. La espada, en la izquierda.

En el prendedor que recoge en el pecho los pliegues de su túnica aparece el escudo de la nación española. Luce el cabello recogido y cubierto por un casco, rematado por una pequeña figura semejante a la que aparece en la parte superior del monumento, que es símbolo del poder y la justicia.

Estos elementos centrales constituyen el eje a partir del cual se desarrolla el conjunto, con una clara simetría a los dos lados del mismo.

Parte convexa de los brazos del hemiciclo

Composiciones simétricas componen el grueso de este monumento: grupos escultóricos flanqueando la figura principal, altorrelieves en los brazos curvos del hemiciclo y figuras ecuestres en los extremos del mismo, cuyo diseño y disposición no responden al capricho de los autores, sino que sirven a una idea preconcebida: así, los del lado izquierdo tienen un claro carácter bélico mientras que los del derecho poseen un marcado carácter político y de paz. Las figuras de ambos grupos poseen además un gran dinamismo.

Grupo escultórico I: La Ciudadanía (parte izquierda)

En el ala de la izquierda aparece una representación de la Ciudadanía, con personajes de distinta clase social que marchan al frente. Esta composición parece inspirarse en los ideales de la Revolución Francesa, presentes en los discursos de los diputados de las Cortes y en el texto de la Constitución.

Una figura femenina con el cabello suelto guía, con decidida actitud, un caballo al que sujeta por las riendas. Sobre éste va un jinete erguido vestido con casaca. A ambos lados, otros personajes a pie forman un cortejo que acompaña al principal: un soldado tocando un tambor, un abanderado con una gran bandera que ondea airosa tras el caballo, o una mujer con niño en brazos que despide al marido que marcha a la guerra.

En la parte posterior del Monumento, en cartela con letras de bronce aparecen plasmadas algunas de las medidas legislativas más importantes adoptadas por las Cortes: DERECHOS DE CIUDADANÍA, ABOLICIÓN DEL SANTO OFICIO, LIBERTAD DE IMPRENTA.

Grupo escultórico II: La Agricultura (parte derecha)

Este grupo escultórico representa a la agricultura, donde dos fuertes bueyes tiran de un carro triunfal presidido por una figura femenina coronada de espigas, con el cuerno de la abundancia pleno de frutos. Esa figura se asocia a la diosa latina Ceres, que enseñó a los hombres a sembrar y cultivar la tierra. Junto a ella y con paso decidido camina una mujer, mientras que otra, sentada sobre uno de los bueyes, amamanta a su hijo, como símbolo de la fecundidad de la tierra. En primer plano, encabezando el grupo, un campesino lleva sobre su hombro aperos de labranza.

La agricultura en aquel tiempo tenía un papel destacado, no sólo en lo "social y económico de la Nación”, sino también en el espiritual y artístico, pues en España fue una de las fuentes de inspiración sobre las que se formaron hermosas obras de la literatura y el arte.

La reforma de la agricultura, principal recurso de la economía española entonces, fue una de las principales cuestiones a debatir en las Cortes de Cádiz. Así, fue de gran trascendencia la Ley de Señoríos (6 de junio de 1811) que determina la supresión del régimen señorial y una transformación radical de la estructura de la sociedad española. Muy importantes son también los Decretos relativos a impuestos, moneda, comercio o industria, todos ellos dirigidos a eliminar los obstáculos que se opusieran al libre juego de la propiedad.

Estas medidas legislativas, se plasman también en la cartela que, bajo el grupo, figura en la parte posterior del Monumento: ABOLICIÓN DE LOS SEÑORÍOS, ORGANIZACIÓN DE LA HACIENDA, PROTECCIÓN DE LA AGRICULTURA.

Parte cóncava de los brazos del hemiciclo: altorrelieves de tema histórico

Altorrelieve de la parte izquierda: Inspiración en el cuadro La Junta de Cádiz en 1810

Representa a la Junta de Defensa de Cádiz en el momento de contestar al ultimátum que, en nombre del mariscal Soult, le dieron los generales afrancesados Pedro de Obregón, José Justo Salcedo y Miguel de Hermosilla solicitando la rendición de la ciudad al rey José Bonaparte.

Se inspira este relieve en el cuadro del pintor gaditano Ramón Rodríguez Barcaza, titulado "La Junta de Cádiz en 1810", realizado en París en 1867 y conservado en el Museo de Cádiz, que representa la escena ocurrida ante la fachada del Ayuntamiento de Cádiz, en que la Junta de Defensa responde al oficio que le entregaron los franceses al día siguiente de su entrada en la ciudad.

Tras reunirse a deliberar la respuesta de la Junta fue: CÁDIZ, FIEL A LOS PRINCIPIOS QVE HA JVRADO NO RECONOCE OTRO REY QVE FERNANDO VII[1] Esta decisión fue trascendental, pues en caso contrario hubiese significado la victoria de las tropas napoleónica, por lo que va a dar lugar al sitio de Cádiz.

En el cuadro de Barcaza, en un tablado con escalinata alfombrada, se ve al presidente de la Junta que, con el brazo en alto, muestra al pueblo la respuesta que se va a dar a los franceses, escrita en letras de oro en una colgadura blanca que pende del Ayuntamiento. Junto a él, el general que estrecha la mano a otro de los miembros de la Junta es el duque de Alburquerque, jefe de los ejércitos de tierra, y un tercer personaje que saluda al pueblo, con el sombrero en la mano, es el comandante de Marina, don Ignacio María de Álava.

En el relieve se aprecian estos mismos personajes en las mismas actitudes: en el centro de la composición Venegas con el brazo en alto y, junto a él, los demás miembros de la Junta, Istúriz, Muñiz, Lobo, Bustamante, Aguirre, Gargollo y Garzón de Salazar. Este último aparece sentado, escribiendo la respuesta a los franceses que, en letras de bronce, figura en una cartela situada a la derecha del relieve.

Otros personajes presentes en el relieve, como en el cuadro, son: el duque de Alburquerque, un majo con sombrero en la mano sujetando un caballo por las bridas, personalidades destacadas de la ciudad y varios milicianos de los batallones de voluntarios.

Altorrelieve de la parte derecha: Jura de la Constitución

Representa la Jura de la Constitución por los diputados, acto celebrado el 19 de marzo de 1812 en la iglesia de San Felipe Neri, antes de su solemne promulgación.

El personaje central es el secretario de las Cortes que tras la lectura de la fórmula del juramento se dirige a los diputados invitándoles a jurar sobre los Evangelios, mientras el presidente de la Cámara, Vicente PascuaL, diputado por Teruel, preside el acto.

El clérigo de la derecha sería Muñoz Torrero, autor de la primera intervención en las deliberaciones de las Cortes donde propuso que se hiciera solemne declaración de que en ellas residía la soberanía nacional, principio dogmático que figuró posteriormente en el artículo 3

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