Santísimo Cristo Yacente (San Fernando)

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Paso del Santísimo Cristo Yacente de San Fernando en la Semana Santa de 2015.

El Santísimo Cristo Yacente de San Fernando es una imagen procesional perteneciente a la Hermandad del Santo Entierro de esta localidad.

Historia

Con una longitud de 1,75 metros, la talla del Santísimo Cristo Yacente es obra, según recientes averiguaciones del historiador Fernando Mosig, del escultor del Arsenal de la Carraca José Tomás de Cirartegui, el cual lo creó en el año 1794 por encargo de la Hermandad de la Soledad.

Posteriormente pasó a ser propiedad del presbítero Santiago Parodi, el cual donó la imagen a la hermandad del Santo Entierro.

La talla, de gran realismo, presenta cabellera natural y ojos y boca entreabiertos que dejan ver los dientes de marfil.

Sede

Se venera y recibe culto en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de San Fernando, una de las más emblemáticas de la ciudad, que se encuentra situada en la céntrica y principal calle Real.

Salida procesional

Acólitos ante el paso del Santo Entierro.

Realiza su salida procesional en la tarde-noche del Viernes Santo de la Semana Santa isleña, acompañando a su hermandad en estación de penitencia desde su sede hasta la Carrera Oficial instalada cada año en la propia calle Real.

Procesiona en un majestuoso paso realizado en plata y madera de ébano, diseñado por José Manuel Bonilla y estrenado en el año 1995.

Con carpintería de Francisco Bailac y orfebrería de Jesús Domínguez Machuca, el paso es de estilo manierista y su conjunto está inspirado en dos joyas de la orfebrería de dicho estilo artístico: la Urna de Santa Leocadia de la Catedral de Toledo y la Arqueta del Monumento del Jueves Santo del Convento de Santa Inés de Sevilla.

Coro de niñas delante del paso del Cristo Yacente de San Fernando.

Su iluminación se realiza a través de cuatro faroles de orfebrería situados en las esquinas y rematados por pináculos; y coronando toda la composición se muestra la figura del pelícano con las alas extendidas, símbolo del amor.

Desde hace ya muchos años, la relación de esta Hermandad con el Cabildo Civil es muy estrecha, lo cual se manifiesta, en la presencia de la Corporación Municipal en la procesión, cultos y actos de la Hermandad y también en el hecho de que ha sido el Gobierno Municipal en varias ocasiones el que ha contribuido a la restauración de la Hermandad cuando esta se ha visto inmersa en procesos de decaimiento.

Como característica muy singular del cortejo de este Cristo Yacente se cita el coro de niñas que marcha delante del paso y que, como música de capilla, entona saetas fúnebres creadas por el compositor Enrique Busto Rodríguez en 1998.

Bibliografía

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