Monasterio de la Victoria (El Puerto de Santa María)

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Nombre del edificio

Monasterio de la Victoria

Localización

Avenida del Monasterio

Cronología

Siglo XVI

Arquitecto/s

Propiedad

Catalogación

Edificios Religiosos de El Puerto de Santa María


El monasterio de la Victoria de El Puerto de Santa María se levanta a las afueras de la ciudad histórica de esta localidad.

Historia

Vista desde el exterior.

Fue fundado por don Juan de la Cerda, duque de Medinacelli, comenzándose su fábrica en el año 1504; siendo entregado a la Orden de los Mínimos de San Francisco en 1517, quienes lo mantuvieron durante tres siglos y medio.

Estos frailes gozaron de importantes privilegios desde la creación de la Orden; no se sabe la fecha exacta de su instalación en la ciudad, la primera de las órdenes masculinas que toman sede en ella, aunque sí se sabe que ya se encontraban en El Puerto de Santa María en el año 1502, y que en 1506 se hallaban instalados al mando de fray Marcial de Vizines, electo provincial, el cual sería quien recibió en 1517 la donación del convento que Juan de la Cerda hizo a la comunidad.

A lo largo de su historia, el edificio ha pasado por numerosas vicisitudes y distintos usos, algunos de los cuales se relacionan a continuación.

En 1702 sufrió la invasión anglo-holandesa con su consecuente expolio y en el 1808 fue ocupado por las tropas francesas que lo utilizaron como cuartel, usando la iglesia como cuadras.

En el año 1857 se entregó el edificio a la Compañía de Jesús que lo utilizaron como hospicio de misiones y noviciado. En el se fundó el colegio San Luis Gonzaga hasta el 1868 en el que se terminaron las obras del que se conoce en la actualidad en la Plaza del Ave María.

En 1886 se convierte en la Penitenciaría Hospital de El Puerto de Santa María, hasta Julio 1981.

Monasterio

De estilo gótico, el conjunto está formado fundamentalmente por tres elementos: la iglesia, el claustro y las salas capitulares.

Iglesia

Nave de la iglesia del monasterio.

De la iglesia lo más importante y significativo es su portada, un ejemplo muy elaborado del arte gótico ojival. Esta portada está compuesta por dos grandes machones piramidales a los que se adosan pequeñas columnillas góticas, entre las que se levanta un gran arco conopial en cuyo vértice se muestra el escudo de la familia de La Cerda con sus símbolos característicos: un castillo con un león rampante, con las armas reales de Castilla y las tres flores de lis de Francia.

Al igual que en otros muchos edificios religiosos de la época tardogótica, el ascendente sevillano, y en especial en la iglesia, alcanza no solo a la estructura si no también a inspiración de un buen número de motivos que la decoran, especialmente en la portada, creada a modo de retablo donde abundan los motivos ornamentales góticos de temática vegetal, característicos de las últimas décadas del siglo XV.

Fachada de la iglesia.

En el tímpano de la portada principal se muestra una alta hornacina que en su tiempo debió alojar la imagen de Nuestra Señora de la Victoria, titular del monasterio. De la portada lateral del templo solo quedan restos.

Sus coincidencias con otras iglesias jerezanas y con la Puerta del Perdón de la iglesia Mayor Prioral, hacen pensar en la posibilidad de un mismo autor o autores para todas ellas.

La iglesia interiormente es de una sola nave; carece de crucero, y cuenta con un total de hasta ocho capillas laterales, cuatro a cada lado; más la Capilla Ducal, que se ubica a la derecha del Evangelio y se comunica con la iglesia a través de una pequeña puerta. Cada una de esas capillas laterales se abre a la nave con un limpio arco gótico, y además en algunos casos se comunican interiormente entre sí, en especial las que se encuentran en el muro del Evangelio.

Bóveda de estrella sobre el presbiterio.

Cuenta la iglesia con un coro alto a los pies que se apoya sobre una bella y complicada bóveda estrellada, que presenta en su frente interior un gran arco rebajado, y que reduce la altura del templo en ese primer tramo; y a partir de él su altura se eleva considerablemente cubriendo sus tramos restantes con bóvedas de crucería. A continuación, el presbiterio se eleva sobre gradas, y se cubre con una magnífica bóveda estrellada.

Es evidente su sistema estructural vertical, a base de arbotantes y botareles, un método ya algo tardío para esa época, en la que era frecuente el uso de contrafuertes.

Esta iglesia del monasterio de la Victoria llegó a gozar de gran popularidad en la ciudad, siendo además una de las más frecuentadas; en ella se instalaron algunas de las Hermandades y Cofradías de penitencia que alcanzaron mayor devoción, como la del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia o la de Nuestra Señora de la Soledad.

Claustro

Claustro del monasterio.

El claustro es de planta cuadrada y dos plantas de altura, con galerías de seis arcos superpuestos en cada uno de sus cuatro lados.

Estas galerías cuentan con un amplio repertorio de motivos decorativos, tanto en las claves de sus bóvedas, todas ellas del tipo de crucería sencilla, como en las ménsulas sobre las que se apoyan sus nervaduras, que hoy en parte se muestran cubiertas provisionalmente para preservar su conservación, a la espera de una profunda restauración del edificio.

La construcción de este claustro se inicia en los finales del gótico -últimas décadas del siglo XV y primeras del siglo XVI-, al mismo tiempo que la iglesia.

Bóvedas del claustro.

En el cuerpo inferior del claustro destacan sobremanera los gruesos contrafuertes sobre los que se apoyan los arcos, todos ellos perforados en su parte inferior por un vano, enmarcado por un pequeño arco conopial, que permite el paso de una persona a través de ellos.

En uno de estos contrafuertes se muestra el escudo de armas de los patronos, elemento también repetido en la clave de cada uno de los ángulos del claustro.

Sobre este primer cuerpo gótico se levantó posteriormente el segundo cuerpo, ya en clave renacentista, con arcos rebajados que se enmarcan entre columnas adosadas de estilo clásico, a eje con los contrafuertes góticos.

En esta planta superior, los huecos son de proporciones cuadradas, si bien en una intervención posterior algunos de ellos fueron transformados en óculos.

Refectorio, Salas Capitulares y torre

Bóvedas de terceletes en la Sala Capitular.

Se sabe que existió un anterior refectorio en este monasterio, aunque el que hoy podemos ver es el que fue encargado al que por entonces era maestro mayor de la ciudad, Francisco de Guindos, según contrato de 24 de diciembre de 1699, por el cual se comprometía a la edificación de una Sala Capitular.

En realidad, son dos salas, aunque una, la más próxima a la iglesia es la que hace las veces de sacristía. Ambas Salas Capitulares se encuentra situadas a continuación del Refectorio, que fue concluido en el año 1700, y se cubren con bóvedas góticas de terceletes. Hoy, toda esta zona junto al claustro están dedicadas a salas expositivas, y en ellas pueden verse distintos paneles, como si de un museo se tratara.

La torre, por su parte, sirvió como de campanario para la iglesia, es de planta cuadrada y está constituida por dos cuerpos. Se remata con doble hueco acabado en arcos de medio punto en cada lado, y se corona con una sencilla cubierta de tejas a cuatro aguas.


Bibliografía

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