Elías Ahúja y Andría
D. Elías Ahúja y Andría, nació en la ciudad de Cádiz un 8 de enero de 1863. Su padre era capitán y piloto y vivía en la calle San Francisco nº 38. Cursó sus estudios de primaria en Cádiz y en El Puerto de Santa María.
Por motivos de negocios, al ser su padre socio de la Casa vinatera Sancho, del Puerto de Santa María, que se llamaba entonces "Sancho-Ahúja", a los 17 años (1880) trasladan su residencia a dicha ciudad. Elías Ahúja, al cuidado del Agente General de dicha casa en Estados Unidos, marchó a Boston, donde cursó en el Instituto Técnico la carrera de Comercio, a partir de entonces tuvo una muy intensa y variada actividad en el campo de los negocios, formó parte, como socio, de la firma comercial "Hemenway & Browne". Se pueden citar firmas comerciales, lugares y fechas pero es difícil reconstruir con fidelidad su actividad comercial: Hemenway & Brown, General Motors Cars, Union Pacific, Tabacos de Cuba... en las más importantes ciudades de Estados Unidos.
En 1897 se apartó de los negocios, residiendo en varias poblaciones de Norteamérica, hasta que en 1903 se trasladó a la República de Chile como Vice-Presidente y Director de la "Dupont Nitrate Company" cuyos cargos desempeñó hasta 1915. En esos años formó parte de la Comisión nombrada por la Colonia Española para regalar a España por suscripción, un barco de guerra, con motivo de la guerra con los Estados Unidos recabándose la suma de un millón de pesos; y por su actuación, la Colonia Española le dedicó un homenaje. Fue un decidido protector de la Sociedad Española de Beneficencia chilena, y de cuantos españoles llegaron hasta él; y al ausentarse de aquella República regaló a la Sociedad dos magníficos automóviles que poseía y otras cosas de valor para que, rifados, destinaran sus productos a necesidades de la misma.
En 1919, retirado definitivamente de los negocios recorrió los Estados Unidos en casi su totalidad, regresando a España en 1922. Iba a cumplir los 60 años y tenía la intención de dedicar su inmensa fortuna a remediar cuantas necesidades llegasen a su conocimiento. Pero eso sí, con una condición: no dar dinero. Elías Ahúja socorrió al necesitado, construyó comedores, escuelas y clínicas y siempre dio a cuantos llamaron a su puerta, pero sin entregar una sola peseta, sino tomando parte activa en la buena obra. Jamás tuvo negocio alguno en España, esto es, que lo que invirtió aquí en sus buenas obras, fue el producto de sus ganancias en el Extranjero, obtenidas tras una vida intensa de trabajo; y siempre conservó este gaditano su nacionalidad española. En 1924 toda esta buena obra quedó institucionalizada como «Beneficencia Particular Elías Ahúja», dependiente de la asociación «Good Samaritan», de Wilmington (EE.UU.). Todas, bajo su personal cuidado, y desde entonces, y aun después de su fallecimiento, de acuerdo con sus instrucciones, siendo la más recomendada que no se tuviese en cuenta la ideología del peticionario de beneficio.
Su casa de Cádiz, el n.° 10 de la Alameda esquina a Fernán Caballero, aún conserva hoy en su decoración rasgos del dudoso gusto yanqui de su antiguo dueño. Allí, los gaditanos que fueron en busca de ayuda, siempre encontraron un corazón lleno de nobles sentimientos y caridad inagotables.
Los que le conocieron saben que esa reconocida generosidad nunca fue despilfarro ni prodigalidad. Se dice que la beneficencia de Elías Ahúja repartía 800.000 pesetas de aquella época.
No se limitaba en todas sus obras a dar el dinero; sino que tomaba parte activa en ellas, y gran amante de la Cultura, Deportes, Instituciones militares, Religiosas, Educativas, etc. que se traducían en donativos de gran cuantía y constantes, en Sevilla y pueblos de la provincia de Cádiz, que detallamos.
- Construcción de un Casino y Escuelas, obras en calles, y socorros de alimentos en Espera.
- Construcción de un cuartel de nueva planta para Carabineros, reformas en el de la Guardia Civil, edificio de nueva planta para Ayuntamiento y Escuelas municipales, traída de aguas y socorros de víveres en Paterna de Rivera.
- Construcción de un Pabellón para infecciosos en el Hospital de El Puerto de Santa María.
- Construcción de un Pabellón en el Hospital de la Cruz Roja de Sevilla, con mobiliario y aparatos.
- Construcción de una Sala de Duchas y otras muchas obras en el Penal del Puerto de Santa María; y creación y sostenimiento de unos comedores para Viudas y Huérfanos, que utilizaban diariamente 60 personas, con las que él comía dos veces por semana. Para la calle suministraban 150 raciones diarias. Un Dispensario gratuito con asistencia médico-farmacéutica.
- Sostuvo Colonias veraniegas de Jerez, Villaluenga del Rosario y otros pueblos del interior que se establecían en El Puerto de Santa María y Cádiz.
- Al Penal del Puerto de Santa María donaba comidas extraordinarias y les obsequiaba a los reclusos con tabaco y efectivo. También extendió estos beneficios al Penal de Ocaña, y otras prisiones.
- Donativos de ropas, alimentos y efectivo, a los Conventos de Religiosas Concepcionistas, Capuchinas y Espíritu Santo del Puerto de Santa Maria, Hermanitas de los Pobres del Puerto de Santa María y Cádiz; Santa María y Candelaria en Cádiz; Hermanas de la Cruz en Sevilla; Asilo de Huérfanas del Rebaño de María en Cádiz; Sanatorio de Santa Rosalía de Jerez; Hermanos de las Escuelas Cristianas de Cádiz y Jerez, etc.
- Hizo frecuentes aportaciones a los Colegios de Huérfanos de la Guardia Civil y Carabineros.
- Al Regimiento Infantería de Cádiz camioneta, colchones, cuarto de aseo, y sala de duchas, arreglo de comedores y otras obras.
- Obras de reformas en la Academia Hispano Americana de Cádiz, con mobiliario, e igualmente en la Audiencia Provincial.
- Sostuvo totalmente por muchos años la Institución Exploradores de España. Organizó y sostuvo varios años un Batallón Infantil de 100 plazas en el Puerto de Santa María, que llegó a disponer de una magnífica Banda de cornetas y tambores. Los chicos que le constituían, hijos de obreros, recibían clases diarias en la Academia y se instituyeron premios para cualquier buena acción o acto de honradez
Fue hombre de vasta cultura, de extraordinario dinamismo, carácter enérgico y totalmente independiente, y de un corazón lleno de nobles sentimientos y de caridad inagotable.
No figuró en partido político alguno ni Asociación de ninguna clase. En las últimas elecciones de la Monarquía fue xandidato para Diputado a Cortes (aun cuando después retiró su candidatura) con el carácter de monárquico independiente, aunque contando con el apoyo del partido Conservador. Una anécdota curiosa que rebela su carácter: Era Ministro de la Gobernación D. Leopoldo Matos. El Sr. Ahúja ha sido citado por el Ministro a las 13 horas, cinco minutos antes llegó el Sr. Ahúja, y transcurridos cinco minutos de la hora fijada sin que le hubiesen recibido, se dirigió al ujier, diciéndole: "Digan al Sr. Ministro que yo no puedo perder mi tiempo" y se marchó sin verle.
El Puerto de Santa María, por suscripción popular, en la que puede afirmarse que ni una sola persona dejó de contribuir, le regaló un corazón de oro y un álbum con la firma de cuantos contribuyeron al homenaje. El Ayuntamiento rotuló con su nombre una plaza. Anteriormente, el 3 de marzo de 1928, se celebró un pleno extraordinario del Excmo. Ayuntamiento con tres puntos en el orden del día: el primero, era la rotulación de las calles Luja y Ribera del Río como “Primo de Rivera” y “Conde de Guadalhorce” en prueba de gratitud de la Ciudad al Presidente del Consejo de Ministro y al Ministro de Fomento. El punto segundo fue el nombramiento de Hijo Predilecto de la Ciudad a D. Elías Ahúja y Andría, tras la solicitud suscrita por D. Pedro Hernández Carrera y acompañada de cuatro mil ochocientas noventa firmas por la labor humanitaria y las numerosas obras de beneficencia realizadas por dicho Señor; sin discusión y por unanimidad se acordó dicho nombramiento. El tercer punto era el acuerdo unánime de dicho pleno municipal por los motivos anteriormente expuestos para solicitar al Gobierno de Su Majestad la Gran Cruz de Beneficencia para el Ilmo. Sr. D. Elías Ahúja y Andría.
Una anécdota de su acendrado patriotismo:
"El día de la Capitulación de nuestra resistencia en Cuba, un grupo de amigos americanos, celebraban en el club el para ellos feliz acontecimiento. Entró D. Elías en el momento del brindis con champán y con la rabia de todo buen patriota, quedó estático mientras las lágrimas acudían a sus ojos. Dióse cuenta uno de ellos, y la caballerosidad de aquellos amigos, suspendió el brindis y acudieron a abrazarles".
Era Académico de la Real Hispano Americana y de la de Bellas Artes de Cádiz y Presidente de la Representación del Tiro Nacional; Presidente honorario de las Asambleas de la Cruz Roja de Cádiz y Sevilla y de otros muchos Centros.
Poseía la Cruz del Mérito Militar de 3ª clase; Gran Placa de Honor y Mérito de la Cruz Roja; Medalla de oro de la Cruz Roja; Cruz de clase de la Orden Civil de Beneficencia; Medalla de Oro de los Exploradores y Medalla de oro Penitenciaria. Al proclamarse la República se encontraba en trámite la concesión de la Gran Cruz de Beneficencia.
Pese a su formación y cultura norteamericanas, se sentía orgulloso de ser español, hablando un castellano claro y sin modismos andaluces. Elías Ahúja era un auténtico caballero, hizo la caridad, pero sin alardear. Impulsivo y vehemente, sin ser colérico. Autoritario pero dotado de un fino humor anglosajón. Sociable sólo con sus íntimos, tenía a veces rasgos infantiles, pero ni un pelo de tonto, como todos los hombres que se han hecho a sí mismos. Quizá ello le hizo conectar con la patrulla de «exploradores» (hoy boys scouts), que existía en Cádiz, con quienes mantuvo una relación amistosa.
Tras el alzamiento del 18 de julio de 1936 sus calumniadores y detractores, que estaban haciendo trizas su reputación, y su enemigo más enconado, la Falange, que miraba con codicia sus bienes, fueron cercándolo.
Sobre todo, un turbio incidente con Queipo de Llano acabó por desacreditarle frente al bando que a la postre sería el vencedor de la Guerra Civil. En el verano de 1936 Elías Ahúja se puso al frente de una suscripción en el Aeroclub de Cádiz, para comprar un hidroavión a las fuerzas nacionales. Queipo creyó, o le hicieron creer, que lo iba a comprar íntegramente el famoso benefactor gaditano. Y comenzó a reclamarlo como reclamaba las cosas el que ha sido llamado el «último virrey», que pensaba que se trataba de una promesa incumplida de Elías Ahúja. Informado por un alto mando local de la Guardia Civil, institución a la que tanto había favorecido, de lo peligroso de su situación, un día de 1937, a través de Gibraltar y casi furtivamente, Elías Ahúja parte de nuevo al exilio. Esta vez un exilio más triste y desesperanzado.
Instalado en Estados Unidos, las noticias que llegan de él son cada vez más espaciadas. La guerra, la dura posguerra y no pocos problemas ocuparon la vida de los españoles. Elías Ahúja fue olvidado sin más.
El verano de 1951 se supo en Cádiz que Elías Ahúja había fallecido en Nueva York el 20 de julio. Su obra en Cádiz le sobrevivió, pues la «Beneficencia Particular Elías Ahúja» terminó su actuación el 31 de diciembre de 1979, entregando el saldo de varios miles de pesetas a dos escuelas católicas locales.
Bibliografía
- Antonio Durán Azcárate: Biografía de D. Elías Ahúja y Andría. 2006.
Principales editores del artículo
- Manolocadiz (Discusión |contribuciones) [2]
- Carlosrs (Discusión |contribuciones) [1]