Exposición Marítima Internacional - 1887 (Cádiz)

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A finales de 1886 surge la idea de organizar en Cádiz una Exposición Marítima Internacional, siendo sus objetivos principales la creación de un clima propicio para desarrollar una nueva factoría naval en la Bahía de Cádiz. Los motivos estaban claros: había que elevar el prestigio marinero de Cádiz haciendo un canto "a los héroes del trabajo en las artes marítimas", por nuestra vinculación de casi tres milenios.

La Exposición Marítima fue un lujo para Cádiz, por su grandiosidad y por los resultados que trajeron para la ciudad de Cádiz, como fue el de la creación de un nuevo astillero: el de Horacio Echevarrieta. La exposición atrajo a multitud de personas, de las más diversas provincias y de países extranjeros y el nombre de Cádiz se paseó por el mundo, como si se tratara de otro Le Havre o Barcelona.

Constituyó, por otra parte, un ingente movimiento cultural, por el interés de todo lo expuesto en la misma. Para su arquitecto, el de la Diputación Provincial, Amadeo Rodríguez, significó un rotundo triunfo profesional.

Los prolegómenos

La idea surgió en los salones de la Diputación Provincial de Cádiz, donde reunidas las personas más notables de la Ciudad de Cádiz, el presidente de la Diputación expuso la idea, aceptada de antemano por los Diputados, de convocar un certamen naval marítimo. Aunque la idea fue acogida con entusiasmo y, sucesivamente, se aprobaron el reglamento, los planos y el presupuesto general, y aún fueron colocadas las primeras piedras del edificio principal, pasó pronto el período de entusiasmo y lo que en principio fue un proyecto magnífico y hacedero, fue calificado luego de imposible y aún de delirio. Durante los meses de febrero y marzo de 1887 se solucionaron las dificultades burocráticas para expropiar los terrenos donde en 1872 se había construido la dársena Lacassaigne, en donde hoy está enclavado el dique seco Nuestra Señora del Rosario. Era, en los extremos de la ciudad, el lugar elegido para instalar la muestra. Durante la primavera se aprobaron los planos y comenzaron los trabajos de aplanamiento, relleno y construcción de los pabellones.

Contó con el apoyo del Gobierno. En pocos meses se constituyó un capital inicial de 300.000 pesetas. Se diseñaron los planos de las instalaciones, y se cursaron invitaciones a varias industrias españolas y extranjeras.

El 15 de agosto de 1887 el ministro de Estado, Segismundo Moret, inaugura oficialmente la exposición en nombre del rey con la asistencia, entre otros, del duque de Edimburgo y los duques de Génova.

Los visitantes que acudieron contemplaron un Salón Náutico en el que estaba expuesta diversa maquinaria y materiales utilizados en la construcción naval; maquetas, inventos e instrumentos náuticos. Además se presentaron diversos proyectos de varaderos y unidades de guerra. La Exposición contó también con un museo de la pesca y una sección de Bellas Artes en la que se exhibieron 83 marinas pintadas expresamente para la ocasión. Diversas naciones enviaron buques de sus armadas y levantaron pabellones. La muestra ocupaba una superficie de 180.000 m2, de los cuales 40.000 se habían ganado al mar. La exposición logró su objetivo inicial de fomentar la creación de nuevas industrias navales.

Durante el desmonte que se realizó en la zona denominada "Punta de la Vaca", para ubicar dicha exposición, se descubrieron una serie de enterramientos de época púnica, apareciendo el sarcófago antropomorfo fenicio que está hoy día ubicado en el Museo de Cádiz. Además, aparecieron numerosos restos arqueológicos, aparte del ya reseñado sarcófago.

Anverso de la Medalla Conmemorativa.

La medalla de la exposición

La medalla conmemorativa, de A.Galvien, recoge el espíritu de la Exposición, con elementos marinos. En el anverso de la misma se observan los escudos de Cádiz y España cruzados entre el mástil y la chimenea de un velero; un ancla, un compás, un globo terráqueo, etc. Incluye la leyenda:

RECUERDO DE LA EXPOSICIÓN MARÍTIMA NACIONAL DE CÁDIZ1887

En el reverso, dentro de una banda de estrellas, los puntos cardinales y un horizonte con signos zodiacales, junto a la siguiente leyenda:

MEDALLA DE CONCURRENCIA

La exposición

Así se describía la exposición en el diario local La Palma - Diario de avisos, mercantil, industrial, agrícola y literario, dirigido por Adolfo de Castro, el día siguiente de la inauguración:

En el pabellón provincial, que es uno de los que más se visitan al estar más próximo a la puerta de ingreso, se ven muebles de lujo del hábil industrial Sr. Peral, de los que aún no hemos podido formar juicio por estar enfundados a causa de no estar terminada la instalación. Todos los visitantes, sabedores de la fama que goza dicho señor, en la confección de muebles, mostraban viva impaciencia y aún intentaban levantar alguna punta del forro para ver el mueble oculto.
Dando frente al sitio en que se hallaban colocados los objetos antes expresados se veía una lindísima instalación pintada color perla y filetes dorados conteniendo delicados dulces de figuras, a cual más caprichosas y bonitas, perteneciente a la acreditada confitería de D. Ramón Mazón. En el pedestal o base se ostentan las medallas que dicho señor ha logrado en otras Exposiciones.
Otra de las instalaciones que también llaman la atención es la monumental de los chocolates de Juncosa, de Barcelona.
Costaba gran trabajo acercarse a contemplar la valiosísima bandera bordada por nuestra augusta soberana, pues los que habían logrado acercarse algo se quedaban bastante tiempo extasiados ante aquella obra de arte.
[...]
Durante el tiempo que el inmenso público discurría por aquellos salones, las bandas de Artillería, Álava y Antilas, unidas, amenizaban el acto con sus acordes; empezó por la marcha del fecundo compositor Sr. Juarranz, que dirigió él mismo, y siguieron otras escogidas composiciones, dirigidas por cada uno de los directores de las citadas bandas.

La Exposición se dividió en dos: La Exposición flotante, localizada en la ensenada de Puntales, y la Exposición en tierra firme, en los terrenos citados en la dársena de Lacaisagne.

El día 15 de agosto de 1887, el Sr. Moret, en nombre de S.S. M.M. el rey Alfonso XIII y la Reina Regente, declaró inaugurada la Exposición de Cádiz de 1887. Las bandas militares, dirigidas por el músico mayor de la Artillería, el maestro Juarranz, tocaron un himno, composición del propio maestro. El Alcalde de Cádiz, D. Cayetano del Toro, iniciador del proyecto, pronunció un excelente discurso, exponiendo la importancia del acto que se celebraba. A continuación, Segismundo Moret hizo uso de la palabra. Al finalizar el acto de inauguración, la comitiva oficial visitaron las diferentes dependencias de la Exposición.

En el puerto fondeaba una representación de la Marina de Guerra de varios estados europeos: la escuadra inglesa del Mediterráneo, al mando del Duque de Edimburgo, el acorazado italiano Duilio, mandado por el Duque de Génova, el crucero francés Ceurbet, la fragata italiana Ariadne, el cañonero portugués Zaira y otros buques.

Los Pabellones

El más destacado, sin lugar a dudas, era el pabellón de la Compañía Trasatlántica. Era de material prefabricado, con columnas de fundición, de estilo mudéjar. Su interior parecía el salón de uno de sus grandes buques. En él se exponía cuanto hacía referencia al dique de carenas de Matagorda y a sus talleres de ebanistería, que daban trabajo a más de dos mil obreros y cuyo complejo fue inaugurado el 2 de junio de 1878. Se exponían los modelos de los barcos de la Compañía, con una pintura del que abrió la serie, el General Armero. Había también un recuerdo para sus nueve fábricas de tabacos, exponiéndose en una instalación de caoba multitud de vitolas y de clases de la referida planta aromática. En otra, de madera de plátano, se exhibían los productos de las minas de Aller (Asturias).

A la entrada del pabellón se había colocado una estatua de Antonio López, y muy próxima llamaba la atención de todos los visitantes una imponente columna de carbón de piedra con más de 20 m de altura.

Entre los otros pabellones merecen destacarse:

  • Pabellón de maquinaria y primeras materias.
  • Pabellón del Museo Naval de Madrid.
  • Pabellón de la Marina de Guerra y Observatorio Astronómico.
  • Pabellón de la provincia de Cádiz.
  • Pabellón de las Bellas Artes, con 189 óleos, 45 acuarelas y 8 aguadas.
  • Pabellón de Antigüedades.
  • Gran Bazar marroquí.

Entre los pabellones abundaban las plazas con jardines, poniendo una nota de original belleza los mástiles, algunos con sus cofas, vergas, escalas, cabillas[1], etc. Es de resaltar la superior adaptación de los mismos a las sinuosidades del terreno.

Con el fin de hacer más agradable la estancia a los visitantes, actuaban magníficas bandas de música en los templetes respectivos, y se podían dar paseos por el mar en pequeñas embarcaciones engalanadas, preparadas al efecto.

Secciones

Propulsores de Buques

Máquina y caldera de vapor de Longo, de gran mérito.

Modelos de Buques y Planos

Procedentes en su mayoría de los talleres Haynes. También se incluyen los del crucero Reina Regente[2], construido en Glasgow.

También se exponen modelos de pancos [3], muy airosos con su vela griega.

Se pondera el de la corbeta María Blanca por su trabajo minucioso, obra de un ex-capitán y piloto de La Coruña.

También el de la balandra-vivero Alfonso XIII, que emplea maderas de Tocuma, majagua [4], roble, cedro, pino blanco, para pescar esponjas o peces, por lo que lleva un gran tanque con el fin de mantenerlos con vida.

Armamentos, Arboladuras y Jarcias

Están muy cumplidamente representados los talleres nacionales de La Graña, en El Ferrol, La Carraca y Cartagena.

Buzos

Servicio de la firma Haynes, para recuperar barcos sumergidos.

Pesca

Sobre la almadraba de Buche, en Zahara de los Atunes, exponiéndose modelos para la levantada de los mismos.

Carbones

De las minas de Bélmez y Espiel, en medio de Sierra Morena, del valle del Guadiato, próximo a Fuente Obejuna. El complejo tenía una excelente producción y empleaba a más de mil obreros.

Efectos extranjeros

Se exponen los carbones de Sunderland por su resistencia, extraordinariamente apreciados para los barcos que hacen la ruta de los climas cálidos.

Productos naturales

Colección de maderas de las Antillas y del Pacífico y de corchos de nuestra provincia. También se expone un magnífico plano forestal de la misma, obra del ingeniero de montes, Salvador Cerón, autor de diversas obras en relación con sus estudios.

Agricultura

Se fija la necesidad de una política eficaz que levante el campo andaluz.

Industria de la provincia

Se hace especial mención de la fábrica de productos cerámicos de Lavalle, en Puerto Real, con sus dos hornos de alfarería que calcinaban 10.000 ladrillos. Se exponían jarrones, balaustradas, baldosas, etc.

Inventos varios

Se exponen aparatos eléctricos para avisos de incendio en los buques, y cronómetros, invenciones del gaditano Carlos Sievert, que se especializó en Suiza y que cuenta con la aprobación de ilustres marinos y del Observatorio Astronómico de San Fernando.

Salvamento de náufragos

A propuesta del general Lobo y con el tesón de Martín Ferreiro, se crea la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos, cuya labor salvando vidas es digna del mayor encomio. Se expone un bote salvavidas con el nombre de Montañés, como homenaje a esta gran figura gaditana que tanto se preocupó por los náufragos.

Observatorio Astronómico

Se exponen muchos instrumentos propiedad de este Centro, construido bajo la dirección del marqués de Ureña, entre 1793 y 1798.

Círculo de los Maquinistas de la Armada

Data de 1872 y se desenvolvía con las mejores intenciones en favor de las viudas y de los huérfanos, a los que se pretendía llegar a pagar pensiones anuales de 360 ptas. Poseía una buena biblioteca y un confortable salón de conferencias.

Bandera del crucero Reina Regente

Se encontraba expuesta en el pabellón de la Marina de Guerra, con un bello estuche para su conservación. Había sido bordada en oro por la reina María Cristina, con exquisito gusto y serveridad, conteniendo las armas españolas.

Compañía General de Tabacos de Filipinas [5]

Fundada en Barcelona en 1881 con la intervención de Antonio López, primer marqués de Comillas.

Antigüedades

Se exponen los tesoros encontrados en los terrenos robados al mar: un anillo de oro de gran valor, varios aretes, medallas, sepulcros con la leyenda séate la tierra leve y, sobre todo, el sarcófago antropoide de mármol blanco y de extraordinario mérito, que contenía otra caja de cedro ya casi polvorienta y cuyo esqueleto subsistía.

Otras secciones

  • Barómetros, Termómetros, Aparatos de Reflexión, Telégrafos, etc.
  • Higiene, Medicina y Educación.
  • Mobiliario, vestuario, víveres y conservas.
  • Sección flotante.
  • Vinos, licores y tabacos.
  • Materiales de construcción.
  • Escultura.
  • Arquitectura.

Los premios

Con motivo de la Exposición se adjudicaron premios en cantidades fabulosas:

  • Tres Grandes Diplomas: Para la Marina de Guerra Española, la Compañía Trasatlántica y el Museo Naval de Pesca.
  • Diez Diplomas de Honor.
  • Cinco Diplomas con voto de gracias: entre ellos, a Gautier[6].
  • Once Diplomas.
  • Ciento tres Medallas de Oro.
  • Ciento noventa y cinco Medallas de Plata.
  • Diecinueve Títulos de Cooperación.
  • Veintinueve Menciones.

Casi todos los expositores fueron premiados, agradeciéndoseles así la confianza que depositaron en la empresa, sin perjuicio de la valoración exacta del mérito de la aportación de cada uno.

Notas

  1. Cada una de las barras pequeñas de madera o de metal que sirven para manejar la rueda del timón y para amarrar los cabos de labor.
  2. El crucero «Reina Regente» había sido construido en Inglaterra por la firma «James and George Thompson» de Clydebank, bajo la dirección del afamado ingeniero naval británico Sir Nathan Barnaby, quien en esta ocasión no estuvo muy acertado, ya que otros buques de la misma serie inglesa resultaron poco eficaces. Fue lanzado al agua el 24 de febrero de 1887 finalizándose su construcción al año siguiente. Era una unidad de elegante línea, con dos airosas chimeneas. Navegando ofrecía un majestuoso aspecto que causaba admiración. Se perdió en una tormenta navegando entre Tánger y Cádiz el día 10 de marzo de 1895.
  3. Embarcación filipina de cabotaje, algo semejante al pontín y de construcción parecida a la europea. Tiene un aparato que evita la sumersión, por cuanto se trata de una madera que no admite los clavos.
  4. Árbol americano de la familia de las Malváceas, que crece hasta doce metros de altura, con tronco recto y grueso, copa bien poblada, hojas grandes, alternas y acorazonadas, flores de cinco pétalos purpúreos y fruto amarillo. Es muy común en los terrenos anegadizos de la isla de Cuba. Su madera, fuerte y correosa, es muy buena para lanzas y jalones, y del líber de los vástagos nuevos se hacen sogas de mucha duración y uso.
  5. Esta empresa se hizo propietaria de la fábrica de Cavite, contando con 10.000 Ha en la provincia de Taulao, donde trabajaban cerca de 10.000 colonos. En cierta ocasión se expuso en Madrid un bahay, casa del país a base de caña y nipa.
  6. Eduardo Gautier Arriaza era el editor de la Revista General de Marina y, por tanto, encantado por todos los temas referidos al mar y a sus navegantes. Se deshizo en elogios para la Exposición, dedicándole varias páginas en la citada revista.

Enlaces externos

Bibliografía

  • Juan Egea Rodríguez: Nuevas figuras y temas gaditanos. Cádiz. 1979.
  • La Ilustración Española y Americana. Madrid. 1887.
  • La Palma - Diario de avisos, mercantil, industrial, agrícola y literario. Cádiz. 1887.


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