Portadas 2014 de Chiclana de la Frontera

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Portada en el nº 20 de la calle Constitución.

En esta página de Cadizpedia se ha tratado de recoger y de mostrar el conjunto de las portadas de los edificios singulares existentes en la ciudad de Chiclana de la Frontera en el año 2014.

Introducción

Como en tantas otras localidades con largos siglos de historia, Chiclana de la Frontera conserva en la actualidad un importante patrimonio inmueble repartido a lo largo de todo el caserío de su viejo recinto urbano. Es este sentido se ha tratado aquí de hacer un amplio recorrido por algunas de las principales portadas más interesantes de la ciudad, existentes en sus casas y edificios más representativos.

Historia

Es sabido que Chiclana de la Frontera aparece documentalmente en la historia por primera vez en 1303, cuando el 15 de mayo de ese año fue cedida a por el rey de Castilla Fernando IV a don Alonso Pérez de Guzmán, fundador de la Casa de Medina-Sidonia, y bajo cuyos dominios permaneció durante siglos.

Desde entonces y durante varias centurias Chiclana perteneció, junto a otras localidades de la provincia, a la línea fronteriza que separaba por esta zona el reino de Castilla con el de Granada, y de ahí le vino el sobrenombre "de la Frontera".

Constituida como una importante villa que abastecía de granos, frutas y hortalizas a la ciudad de Cádiz, Chiclana obtuvo su mayor impulso económico y social a lo largo del siglo XVIII, y en particular a partir del año 1717 cuando la capital obtuvo el monopolio del comercio español con América a costa de Sevilla, donde residía la Casa de Contratación desde el año 1503. Conocido como el Siglo de Oro gaditano, su progreso y su riqueza favoreció en mayor o menor medida a las localidades cercanas como el El Puerto de Santa María, la Isla de León, Chiclana, Puerto Real o Rota, que vieron aumentar sensiblemente su población y su economía.

En esta época se inician importantes construcciones en la entonces villa de Chiclana, creándose en ella notables edificios religiosos, civiles y militares donde se empleaba la piedra tallada (a veces incluso el mármol) y se enriquecían sus fachadas con portadas acorde a la capacidad adquisitiva de sus propietarios. Son de esta época las primeras portadas notables que se levantan, entonces dentro de la corriente estética del abigarrado barroco del momento. En el siglo XIX llegaría el neoclásico, con líneas más puras y severas; y posteriormente en el siglo XX la arraigada tradición popular volvería a crear nuevas interesantes portadas, más ligeras en cuanto a su repertorio ornamental que las primeras pero también marcadas por el pasado barroco y las bellas proporciones, generalmente usando la clásica "piedra ostionera" tan característica de la bahía.

No son muchas las portadas que se conservan de aquella Chiclana que fue creciendo pausadamente hasta mediado el siglo XX, ya que puede asegurarse que desde entonces y hasta ahora más del 50% de su caserío histórico ha sido sustituido por edificaciones modernas. Aquél proceso de transformación tuvo su punto de inflexión en 1965, año en el que la ciudad sufrió la más devastadora riada que se recuerda: una fuerte crecida del río a su paso por la población que se llevó por delante un puente, un teatro y decenas de casas de lo que hoy es su centro urbano. A partir de entonces se inicia un gran proceso constructivo que se acelera en el último cuarto de siglo y que ha dado lugar a que en la hoy existan tramos enteros de calles del centro con todos sus edificios renovados. En medio de todo aquel proceso, la desidia de unos, la incultura de otros y la especulación de muchos más dieron al traste con parte del patrimonio inmueble de la ciudad.

No obstante aún existen un buen número de portadas históricas, de las cuales se han recogido aquí algo más de medio centenar de ellas, que se muestran como como documento gráfico y testigo de su rico patrimonio pasado. Se han tratado de agrupar en base a sus tendencias estéticas y a otras diferentes características en distintos bloques, y en ellos pueden verse portadas en perfecto estado de conservación -algunas recuperadas y colocadas en su mismo sitio en edificios modernos- y otras en lamentable estado de abandono.


Los casos excepcionales: portadas de las iglesias de San Juan Bautista y de Jesús Nazareno

Portada barroca de la iglesia de Jesús Nazareno.
Portada neoclásica de la iglesia Mayor .

Las portadas de las iglesias de Jesús Nazareno y de San Juan Bautista, de Chiclana de la Frontera, son dos casos verdaderamente excepcionales dentro de las portadas importantes que posee la ciudad.

Esto es debido a su innegable monumentalidad y alta calidad artística y técnica, a lo cual se une además el material noble con las que han sido levantadas.

La primera de ellas enmarcada en el más genuino estilo barroco gaditano, y la segunda diseñada y realizada siguiendo los selectos cánones del estilo neoclásico, la importancia de estos dos ejemplares de portada trasciende ampliamente el marco de lo local y pasan por ser claros referentes en la arquitectura religiosa de sus respectivos momentos históricos dentro del ámbito de toda la provincia de Cádiz.

Por ello estas dos importantes portadas se incluyen en este primer apartado, de modo preferente y separadas del resto.


Portadas de ascendencia barroca

Portada en el nº 8 de la calle Vega.

Las portadas de ascendencia barroca son las que más abundan de entre todas las que gozan de una importancia especial en la ciudad.

Son portadas que se caracterizan por las líneas muy movidas, generalmente dotadas de una importante concentración de motivos ornamentales de "bulto redondo" en el conjunto de su composición.

Uno de los motivos decorativos que no suele faltar en ellos es el comunmente conocido como "bocetón", un adorno a modo de cordón grueso, tallado en piedra, que rodea el hueco de paso y que sobre el dintel superior se transforma en una greca mixtilínea de gran efecto visual. Este bocetón en casos excepcionales puede llegar a elevarse hasta la planta primera de la vivienda, envolviendo también el hueco superior sobre la puerta, como puede verse en la portada de la casa nº 20 de la calle Constitución.

Otro motivo que se repite con cierta frecuencia es la cruz, en el centro del dintel, o bien una pequeña hornacina que en su origen estaría ocupada por alguna pequeña imagen de tipo religioso.

Mención aparte y muy especial merece la portada de la iglesia de Jesús Nazareno, toda ella levantada en mármol de color blanco y dotada de grandes columnas salomónicas y de un completo programa iconográfico de esculturas y relieves de carácter religioso cuyo ámbito decorativo va más allá del propio hueco de la puerta, y que por su alta calidad artística está considerada como una de las más notables de su género en la provincia de Cádiz.


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Portadas de corte neoclásico

Portada de la Casa Briones, en la plaza Mayor.

Tras el período histórico del barroco, que abarcó gran parte del siglo XVII y también una buena parte de la centuria siguiente, las tendencias artísticas en la arquitectura cambian de un modo radical, en lo que ahora se conoce como "el siglo de las luces" o "la Ilustración".

Las nuevas corrientes de pensamiento vanguardista consideran el barroco como algo decadente y feo, y se vuelve la vista a las formas rectas y puras propias de la cultura clásica del renacimiento, dándose lugar a un nuevo movimiento artístico que ahora se llama neoclasicismo.

La zona de la Bahía de Cádiz fue especialmente sensible a esta corriente artística que se impulsó desde los edificios públicos más importantes y se continuó luego por una buena parte de la población que emulaba la nueva forma de las grandes construcciones en sus propias casas.

Sus portadas se caracterizan por las líneas rectas y puras, el empleo de frontones superiores rectos o curvos, y la inexistencia de los adornos innecesarios. En la ciudad quedan en la actualidad algunos buenos ejemplos de este tipo de portadas, que encabezaría la gran portada principal de la iglesia de San Juan Bautista que preside la plaza Mayor.


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Portadas "planas"

Nº 10 de la calle Carmen Picazo.

Se han denominado "portadas planas" aquellas en las que predominan las superficies lisas y las líneas rectas; con ninguno o muy pocos adornos abultados, en contraposición con el grupo de las que incluyen en su composición una cierta cantidad de elementos decorativos de líneas curvas y formas redondeada y abultada de clara ascendencia barroca.

A este grupo de portadas pertenecen muchos de los buenos ejemplos de las tradicionales portadas de las casas chiclaneras, sin duda debido a su mayor facilidad de ejecución en la labra de la piedra y menor coste.

Suponen una clara simplificación de aquellas elaboradas portadas barrocas del siglo XVIII, y seguramente fueron creadas en su mayoría en una época ya posterior, tras pasar la etapa purista y de transición del movimiento neoclásico que acabó con la exagerada estética del barroco.

Son bastantes las portadas que se conservan dentro de este amplio grupo, donde priman las líneas rectas y los cortes de la piedra en ángulo recto; con pocos elementos decorativos -a veces ninguno-, pero que conservan las amplias proporciones de las casas importantes de la localidad.

Muchas de ellas pueden verse en su estado de piedra natural -arenisca u ostionera-, si bien algunas están revestidas con capas de pintura, por lo general en tonos albero, haciéndolas destacar del habitual fondo blanco del conjunto de la fachada.


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Portadas gemelas

Portadas gemelas en el nº 22 de la calle Vega.

El caso de las portadas gemelas, donde se agrupan dos o tres portadas iguales en una misma finca, es poco frecuente encontrarlo en la actualidad en el casco antiguo de Chiclana de la Frontera.

Sería bueno encontrar documentación histórica sobre la existencia de otros ejemplos de este tipo de portadas en la ciudad en un pasado no lejano, ya que se supone que los hubo, como todavía hoy las hay en mayor cantidad en la vecina ciudad de San Fernando. Son casos que se dieron principalmente durante la época del barroco, y a ese estilo estético principalmente corresponden los escasos ejemplares que aún hoy se conservan.

Generalmente son dos portadas iguales que se labran una junto a la otra, normalmente en edificios de dos plantas de altura, de modo que una sirve de acceso a la vivienda de la planta baja y la otra permite el acceso a la vivienda que se desarrolla sobre ella en la planta superior.

Un caso singular es el de la agrupación de tres portadas iguales, menos frecuente, del que también existe algún ejemplo en la localidad.


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Bibliografía

  • Chiclana de la Frontera, en: La provincia de Cádiz pueblo a pueblo. Editado por Diario de Cádiz, Diario de Jerez y Europa Sur. 1995.

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