Arquitectura neoclásica gaditana
El neoclasicismo es un movimiento cultural y artístico que surgió y se desarrolló en la Europa de la segunda mitad del siglo XVIII, prolongándose durante las primeras décadas del siglo siguiente, siglo XIX, cuando además se expandió por diversos países de América.
Introducción
En su aparición intervienen varios factores como: el enorme interés despertado en la sociedad europea por los desenterramientos de las ciudades Herculano y Pompeya, sepultadas por el Vesubio siglos antes y que ahora salían a la luz; la divulgación de las formas clásicas gracias a la difusión de los grabados de Piranesi; y las nuevas teorías de los tratadistas que sostenían que el arte griego era el único elevado y verdadero, aunque luego sería del arte romano de donde se tomarían los modelos para las bóvedas, las grandes columnatas o los motivos ornamentales.
El neoclasicismo fue un arte oficial y elitista promovido por una burguesía culta y erudita, por lo que difícilmente enraizaría en Andalucía, una región que según Benet es sincrónica y diacrónicamente barroca, desde el siglo XVII hasta nuestros días, y tanto en sus manifestaciones colectivas como individuales, razón por la cual son muy aislados aquí los ejemplos de arquitectura neoclásica.
En contraste con este panorama algo desolador, en Cádiz sí fraguó el neoclasicismo debido en especial a su puerto, el gran motor de su actividad. Con una envidiable ubicación geográfica, cabeza de puente con los países del sur de Europa a través del Mediterráneo, con los del norte de África también a través del Atlántico, y desde hacía unos siglos con todo un nuevo mundo surgido al otro lado del Atlántico, su importancia era tal que la Corona española hizo de Cádiz, en 1717, la nueva sede de la Casa de la Contratación, una institución real creada por los Reyes Católicos en 1503 para controlar el comercio con las Indias. Ser sede de la Casa de Contratación supuso tener el monopolio de toda la actividad comercial con América, razón por la cual llegaron hasta aquí importantes personajes: banqueros, navieros, comerciantes, intelectuales o artistas, que hicieron de ella una ciudad abierta y cosmopolita, logrando que enraizaran aquí las propuestas innovadoras del neoclasicismo.
El comercio gaditano alcanzó su punto álgido en las últimas décadas del XVIII, apareciendo la crisis en los años siguientes acentuada por la guerra contra Inglaterra (1796) y por el decreto de libertad de comercio. Otros acontecimientos deteriorarían aún más la ya mermada economía gaditana en las primeras décadas del XIX, entre los que se citan la derrota de la armada hispano-francesa en Trafalgar (1805), la Guerra de la Independencia española, el sitio de Cádiz, la crisis de subsistencia de los años 1811-1812 y la definitiva emancipación de las colonias americanas.
Obras
En el momento de mayor auge del comercio gaditano -el siglo XVIII ha sido denominado el Siglo de Oro de Cádiz- se realizan las más importantes obras del neoclásico en esta ciudad y también en las localidades de la Bahía, cuyo desarrollo económico fue siempre íntimamente ligado al de la capital.
Así, en este tiempo se impulsan las obras de la nueva catedral de Cádiz, la última de las grandes catedrales de España, se construye el Palacio de la Aduana, hoy palacio de la Diputación, y se levantan iglesias con nuevas propuestas formales, como la de San José, El Rosario, la la Santa Cueva o San Pablo.
En la zona de la Bahía se construyen por entonces importantes edificios como el Ayuntamiento de San Fernando, las iglesias parroquiales de Chiclana de la Frontera y de Puerto Real, y se acometen importantes obras en la Colegiata de Jerez -hoy catedral de Jerez-.
Mientras que ya entrados en el siglo XIX se realizan otras importantes obras en la capital, como la gran fachada neoclásica que se antepone a las viejas Casas Consistoriales de Cádiz, el magnífico edificio de la Cárcel Real -hoy convertida en Casa de América- y se reordenan y crean algunas de sus más emblemáticas plazas, como la propia plaza de San Juan de Dios, la plaza de la Libertad -en los terrenos donde antes se encontraba la huerta del convento de los Descalzos- y la de San Francisco, en la huerta del convento del mismo nombre.
Principales artífices
Fueron varios los arquitectos que hicieron posible esta gran transformación en la arquitectura de la zona de la Bahía. Entre ellos se citan algunos de los más importantes:
- Torcuato Cayón (n. Cádiz, 1725 - 1783). Arquitecto que marca la transición del barroco al neoclasicismo en la Bahía de Cádiz. Maestro mayor de las obras de la Catedral Nueva de Cádiz, intervino en numerosas obras en la provincia, algunas de las cuales dejó inacabadas tras su muerte.
- Torcuato José Benjumeda y Laguada (n. El Puerto de Santa María, 1757 - 1836). Ahijado y maestro aventajado de Torcuato Cayón, su gran formación académica y gran dedicación a numerosas obras en la zona, le convierten en el mejor arquitecto del neoclasicismo gaditano, y posiblemente de toda Andalucía. Acabó varias de las obras iniciadas por su antecesor, como las iglesias de San José y la santa Cueva en Cádiz, la de San Juan Bautista en Chiclana de la Frontera, y creó el edificio para la Cárcel Real y la gran fachada del ayuntamiento de la ciudad de Cádiz.
- Miguel Olivares Guerrero (n. Ubrique, 1748 - 1813). Arquitecto titulado por la Real Academia de San Fernando de Madrid y por la Academia de San Luca de Roma, suya es una de las mejores obras civiles del neoclasicismo gaditano, la casa conocida como "Edificio Amaya", en la plaza de San Juan de Dios, junto al Ayuntamiento. También proyectó la iglesia de san Juan de Letrán, en su localidad natal, Ubrique
- Juan Caballero. Una de sus principales creaciones fue la obra del citado Palacio de la Aduana, de Cádiz.
Galería de imágenes
Interior de la iglesia de San José de Puerto Real.
Fachada de la iglesia de San Pablo de Cádiz.
Templete en la Prioral de El Puerto de Santa María.
Antiguo Palacio de la Aduana, hoy Palacio de la Diputación, en Cádiz.
Interior del Mercado de Abastos de Cádiz.
Bibliografía
- Diccionario Enciclopédico Ilustrado de la Provincia de Cádiz. Editado por la Caja de ahorros de Jerez, en el año 1985.
Principales editores del artículo
- Carlosrs (Discusión |contribuciones) [3]